La marea arrastraba en la tarde de ayer hacia dénia el cadáver de una ballena rorcual que flotaba en aguas del cabo de Sant Antoni, en Xàbia. Numerosos navegantes divisaron a la ballena, de unos 12 metros. No se acercaban mucho, ya que se hallaba en avanzado estado de descomposición y desprendía un fuerte olor. Este litoral es una suerte de «autopista» de cetáceos. A partir de mayo se suelen ver a numerosos rorcuales que migran hacia el sur. Es en el tramo del cabo de Sant Antoni y el Cap de la Nau cuando más se acercan a tierra. Esta vez el avistamiento no ha sido nada agradable.