Llegó el día. Los últimos cuatro frailes franciscanos que quedaban en el histórico convento de la Puríssima Concepció de Benissa, fundado en 1612, se marchan. La orden cierra el cenobio. Se despide este domingo con una eucaristía que tendrá lugar a las 19 horas. Será la última misa que se oficie en el convento. Al acabar la eucaristía, se ofrecerá un aperitivo. No hay mucho que festejar. Pero medio pueblo está vinculado al convento (hay una asociación franciscana seglar). El piscolabis lo han organizado festeros del convento, antiguos seminaristas y los seglares.

El ayuntamiento no ha podido hacer nada para evitar el cierre de un convento que está declarado Bien de Interés Cultural y que atesora un importante patrimonio histórico-artístico. El provincial de los franciscanos, Juan Carlos Moya, afirmó que el adiós de la orden era "definitivo e irreversible".

Pero el alcalde, Abel Cardona, de Reiniciem, y sus ediles (gobierna con PSPV y Compromís) quieren reunirse con la orden y plantear posibles usos para un monumento que forma parte de la historia de Benissa. Ya han estudiado qué uso social y público se le ha dado a otros conventos que, al declinar las vocaciones religiosas, se han cerrado en la Comunitat Valenciana e incluso en la Marina Alta. El de las Agustinas, en Xàbia, es ahora un centro de día para personas mayores y enfermos de Alzheimer.