El debate tiene su miga. La playa del Portet nunca ha sido de multitudes. Su estrecha franja de fina arena no permitía que llegaran avalanchas de turistas. Pero en abril el Servicio Provincial de Costas "regeneró" la cala con 7.000 toneladas (eran 8.000 inicialmente) de tierra de una cantera de Altea. El agua se puso turbia y marrón. Poco a poco, va recuperando el color turquesa. Además, el sedimento de la playa cambió. De la fina arena no quedó ni rastro. Ahora es gravilla. Eso sí, la playa es más ancha. Hay más sitio para los bañistas. Más sitio en la playa, que el aparcamiento sigue siendo tan escaso como siempre.

SOS Moraira denunció, cuando los camiones empezaron a verter la tierra, que la playa estaba en peligro. Ayer este colectivo llevó a cabo en el Portet una protesta que reunió a más de 300 personas. Su vicepresidente, Javier Gimeno, lamentó que la asistencia se resintiera de que la Subdelegación del Gobierno de Alicante les negara en un primer momento la autorización; luego sí dio permiso. "Esta mañana todavía me he encontrado con gente que pensaba que la concentración se había desconvocado"

"No queremos una playa del Portet masificada", proclamó Gimeno durante la protesta. "Este lugar tiene un espíritu que hay que preservar. Es una cala natural y no una playa urbana. Defendemos que se conserve lo que la naturaleza nos ha dado", explicó el vicepresidente de SOS Moraira, que recordó que la cala, sin "regeneraciones" que la alteren, era "un icono de la Costa Blanca".

SOS Moraira, que ha presentado una querella contra la jefa de Costas en Alicante, Rosa de los Ríos, y el alcalde de Teulada, Carlos Linares, advierte de que el vertido de tierra puede haber dañado la pradera de posidonia oceánica, que es un hábitat protegido por la Unión Europea. El ayuntamiento, mientras, esgrime los controles de seguimiento para asegurar que la posidonia no ha sufrido daños.