Dénia es una ciudad preñada de literatura. En les Rotes, resuenan los versos de Estellés y Maria Ibars. Su puerto fue la primera tierra firme que pisó Cervantes al volver del cautiverio de Argel. A cada paso, surge en Dénia un eco literario. John Dos Passos, el autor capital junto a Hemingwy de la generación perdida estadounidense, también se perdió por Dénia y encontró el lugar en el que «sería hermoso morir, joven, bajo la fuerza ardiente del sol». Ese deseo (no cumplido, claro) lo dejó escrito en su único poemario, A Pushcart at the Curb. El poema era conocido y hasta ahora había envuelto en misterio los pasos perdidos de Dos Passos en esta ciudad (entonces pueblo de pescadores y comerciantes de pasa) de la Marina Alta.

El Arxiu Municipal ha reconstruido ahora la visita del autor de Manhattan Transfer, un Quijote que reflejó sus andanzas por la tierra de Cervantes en su libro Rocinante vuelve al camino. Dos Passos era un jovenzuelo (tenía 20 años) cuando en enero de 1917 se bajó de un tren en Dénia. «Llegó el viernes 5 o el sábado 6 de enero, día de Reyes, y se fue el día 7 de enero. Salió en tercera clase en el tren hacia Oliva y dijo que aquellos vagones «´tenían un cierto aire imperial como los trenes de París´», explicó ayer la responsable del Arxiu, Rosa Seser.

La cosa fue breve, pero la ciudad causó una honda impresión en el escritor. Dado que se cumplen cien años de esa fugaz visita, la delegación de Cultura dianense ha preparado un ciclo para conmemorar el paso de Dos Passos por Dénia. Anoche se inauguró en la Casa de Cultura una muestra con imágenes de la Dénia de hace un siglo y de los libros del autor que posee la biblioteca municipal. Cuenta con un ejemplar de la primera edición en inglés del A Pushcart at the Curb, el poemario en el que late la fascinación de Dos Passos por el «azul intenso del mar» en Dénia, por las «viejas y fuertes torres que están desmoronadas y tambaleantes» del castillo y por «el mar escéptico» del puerto que «mece los navíos con velas ondulantes».

El Arxiu ha editado un estupendo catálogo en el que por primera vez se traducen al castellano y al valenciano dos poemas olvidados de Dos Passos. También incluye el de lo «hermoso que sería morir, joven», en Dénia, que sí hace tiempo que está traducido.

El autor, en uno de esos poemas poco conocidos, se sube al castillo y desde esa fortaleza entonces fantasmagórica y en ruinas atisba el puerto, el mar y el «pueblo blanco en la orilla» y le llegan las melodías de la banda del pueblo. En el otro poema, describe el camino que serpentea y se arrima al mar de camino a la Vila Joiosa.

Las traducciones del inglés al castellano las ha realizado Alan Swan y, del castellano al valenciano, Francesc Reus. Perfilan a un poeta (lo de Dos Passos fue la prosa) inflamado de juventud y quijotismo, de pasión. Era un gran andariego.

La fascinación por Dénia también surge en su correspondencia. «La investigación todavía no está cerrada. Tenemos contactos con las universidades americanas de Virginia y Yale, donde están las cartas de Dos Passos a sus amigos Rumsey Marvin y Dudley Poone. Algún detalle más averiguaremos», avanzó Seser, quien está convencida que el autor también se acercó a les Rotes.

Los actos del centenario continuarán con una conferencia sobre la figura y obra de John Dos Passos que el escritor Manuel Vicent ofrecerá el próximo 22 de septiembre. Dos días después, se proyectará en el Centro Social el documental Robles, duelo al sol, de Sonia Tercero, una investigación sobre la desaparición durante la Guerra Civil española de José Robles Pazos, traductor y amigo de Dos Passos.