Los Reyes Magos son los padres. Y las madres, claro. Ahora Dénia acaba con una discriminación histórica en su cabalgata del 5 de enero. No había una norma escrita. Pero las mujeres tenían vetado encarnar a Melchor, Gaspar y Baltasar. En el próximo desfile de Reyes, ya las mujeres podrán meterse en el disfraz de sus Majestades de Oriente. El gobierno local, de PSPV y Compromís, borra una discriminación soterrada que, un poco de rebote, salió a la luz el pasado año.

El concejal de Fiestas, Óscar Mengual, proclamó ayer que, por fin, «cualquier vecino puede tener el honor de representar a las figuras de los Reyes, así como a los pajes y antorcheros que integran sus comitivas». De hecho, la junta de gobierno aprobó ayer las bases que rigen esa participación abierta a todos. Establecen que se elegirá a sus Majestades y a quienes les acompañan en la cabalgata mediante un sorteo ante notario. El requisito para salir de Melchor, Gaspar o Baltasar es estar empadronado en Dénia y ser mayor de 18 años. Mientras, quienes quieran formar parte de las comitivas deben ser mayores de 16 años, pero hay que presentar candidaturas de 18 antorcheros y cinco suplentes.

El plazo para inscribirse en el sorteo comienza hoy y acaba el 23 de noviembre. La elección ante notario se llevará a cabo el 27 de noviembre. Ese día se sabrá si, por primera vez en la historia de Dénia, una mujer se mete en la piel de uno de los Reyes Magos.

El edil de Fiestas animó ayer a la ciudadanía a participar «masivamente» en la bolsa de aspirantes. Y destacó que se da la oportunidad a todos los vecinos de ser protagonistas en «una noche tan mágica».

Que se marginaba a las mujeres a la hora de poder encarnar a los Reyes Magos trascendió el pasado año un poco de rebote. Una de sus Majestades se sorteaba entre las filades capitanas de los Moros y Cristianos. Y le tocó a Amazigh, que es una filà exclusivamente de mujeres. Por tanto, su capitana, María José López, debía representar a uno de los Magos de Oriente. López reclamaba que al menos las mujeres subieran a la carroza como pajes. Al principio, la concejalía de Fiestas, que entonces dirigía Eva Ronda, de Compromís, planteó muchas reticencias. Y la polémica salió a la luz.

A la capitana de Amazigh, al final, se le permitió que saliera ella de Rey Mago o que eligiera quién la sustituía. Y decidió que fuera su marido. Se consiguió, primero, que se conociera una discriminación soterrada y, luego, desterrarla de una fiesta que despierta mucha ilusión en los niños y las familias. Pero la batalla no se ganó del todo. Lo de ceder el honor al marido no se compadecía muy bien con el objetivo de igualar a mujeres y hombre en la cabalgata.

Entonces también se supo de otro caso. En 2014, le tocó a Tere Vallalta, entonces presidenta de la falla Darrere del Castell, vestirse de Gaspar. A ella no se le dio opción. Directamente, le negaron representar a este Mago de Oriente. Le hacía mucha ilusión. Además, Vallalta siempre ha luchado por la igualdad en la fiesta (en 2007, se convirtió en la primera mujer que presidía una falla en Dénia). Y ya avisó de que algún día le tocaría por sorteo a una filà de mujeres, que fue lo que ocurrió el pasado año. Los organizadores de la cabalgata le insistieron en que si eso ocurría harían que salieran en la cabalgata los maridos o hijos. La marginación no estaba escrita, pero existía.

Ahora, por fin, la fiesta de los Reyes Magos se sacude prejuicios. El gobierno local apuesta por la igualdad y abre la puerta a que todos los vecinos, sea cual sea su sexo, puedan representar a los personajes más esperados de la Navidad.