El Ayuntamiento de Calp ya puede meterse en faena en el club social que, diseñado por el arquitecto Ricardo Bofill, es hoy una ruina. Y debe pisar el acelerador. Una de las condiciones que ha puesto Costas para ceder el inmueble al consistorio es que las obras de rehabilitación se inicien en los próximos seis meses. La concesión a favor del ayuntamiento es por 15 años prorrogables hasta 30. El remozado club tendrá una parte pública (posible museo del mar y centro de deportes náuticos) y otra privada (un bar y restaurante). El canon anual que deberá abonar quien explote ese negocio sube a 8.087 euros.