A falta de vocaciones, la orden franciscana hace caja con su ingente patrimonio. El convento de la Purísima Concepción de Benissa, inaugurado en 1612 y cerrado a finales del pasado mes de agosto, al llevarse la orden franciscana a los últimos cuatro frailes, se convertirá en un hotel. La orden alquilará la parte del claustro para que una empresa lo convierta en un negocio de alojamiento. El concejal no adscrito Isidor Mollà desveló en el pleno de anoche que ayer mismo mantuvo una conversación con el ministro provincial de los franciscanos, Juan Carlos Moya, quien le trasladó que la decisión de convertir el monumento (está catalogado como BIC) en hotel ya estaba tomada.

"El hotel va a hacerse", aseveró Isidor Mollà, que lamentó que no hubiera salido adelante su propuesta de que el ayuntamiento alquilara el convento por 1.500 euros al mes a cuanta de la compra (el arrendamiento pagaría el precio que se le pusiera al inmueble) y que se destinara a área de servicios sociales y sede de ONG como Cáritas o Manos Unidas. Mollà avanzó que vigilará que la rehabilitación que se haga para el nuevo uso no altere un edificio de gran valor histórico y sentimental.

El alcalde, Abel Cardona, de Reiciem Benissa, no se pronunció sobre si lo del hotel estaba ya hecho. Dijo que él era el interlocutor ante la orden y que prefería mantener la prudencia. Eso sí, afirmó que la orden le ha asegurado que la iglesia del convento no se va a alquilar ni a destinar a un uso diferente al del culto. "No entrará nunca en el paquete".

El portavoz del PP, Arturo Poquet, fue quien preguntó en el pleno sobre las negociaciones con los franciscanos sobre un convento que está unido a la historia de Benissa. Aludió al "rumor" de que la orden quiere vender el claustro. Y recordó que en una junta de gobierno se pidió que se hiciera un inventario de los bienes muebles y artísticos que forman parte del convento y que, en muchos casos, son donaciones de vecinos del municipio. "No deben desaparecer ni trasladarse a otros conventos", dijo.

El alcalde aclaró que la orden le ha trasladado que el convento no va a venderse. Afirmó que las donaciones pertenecen a la orden, que es la que tiene "la última palabra" sobre si se las lleva no. Añadió que el archivo sí se ha trasladado ya a València.