La tradición de la «marà» define muy bien la relación de Benissa con su costa. Los vecinos bajaban una vez al año desde el pueblo en carro a la playa de la Fustera. Disfrutaban del mar unos días. Las actuales carreteras no son los caminos polvorientos de antes. Pero el pueblo no termina de conectar del todo con la costa. De ahí que el gobierno local (Reiniciem, PSPV y Compromís) haya decidido pedir una subvención de los fondos europeos Feder para encargar un estudio de movilidad que plantee soluciones que vertebren el territorio. Se apostará por el transporte público y los carriles bici.