La Marina Alta vive del turismo en verano y del deporte en invierno. Es simplificar mucho. Pero por ahí van los tiros. En la ecuación, claro está, también se cuela la otra vez boyante construcción.

Y uno de los deportes con más tirón en la comarca es el ciclismo. Medio pelotón internacional se aloja en invierno en los hoteles de Calp, sobre todo, y también en la Sella Golf Resort & Spa, sede desde hace ocho años del «stage» del BMC Racing Team. En la ciudad del Penyal d´Ifac, ya están concentrados en el hotel Diamante Beach el Team Sunweb, el WB Verarclassic Aqua Protect o la escuadra femenia Alé Cipollini; en el Suitopia se aloja el Quick Step, y en el Solymar, el Fortuneo. El Astana también está a punto de desembarcar en Calp.

«Hace 20 años ya apostamos en Calp por acoger a los equipos ciclistas profesionales. Entonces venía Miguel Indurain. Ahora casi todos los equipos eligen la Costa Blanca por el buen clima y la infraestructura de los hoteles», destacó ayer el concejal de Turismo de Calp, Jan Van Parijs. Los complejos hoteleros de este municipio han adaptado sus plantas a las demandas de las escuadras profesionales. Disponen de espacios para que los mecánicos pongan a punto las bicicletas, de grandes aparcamientos para los autobuses y camiones de los equipos, de gimnasios y spa.

Los corredores cogen la forma en las carreteras del interior de la Marina. Suben puertos como los de Vall de Ebo, el Coll de Rates, el Puig de la Llorença o Aitana.

Los profesionales son la punta de lanza un segmento turístico en alza. En Europa, la afición al ciclismo es enorme. Los corredores aficionados y los cicloturistas quieren entrenar allí donde lo hacen sus ídolos. Ese turismo de la bicicleta tira del carro en la temporada baja. «Los amateurs vienen con sus familias. Salen a cenar a los restaurantes y disfrutan del destino», indicó Van Parijs.

En Calp, precisó el concejal, hay ya tres agencias que se dedican al turismo de la bicicleta. Sus clientes potenciales son precisamente los ciclistas aficionados de países como Suiza, Bélgica, Holanda o Alemania. Contratan un paquete que incluye el alquiler de una bicicleta de gama profesional y la estancia en el hotel. La agencia incluso dispone de ciclistas retirados pero en excelente forma que guían a estos aficionados por las carreteras de la comarca. Suelen hacer rutas diarias de entre 90 y 110 kilómetros. «Es un turismo que nos viene de maravilla», destacó Van Parijs.

Ese furor ciclista también llega a la hostelería. En Xaló y en Dénia, ya funcionan bares y restaurantes de temática ciclista.