La Taifa de Dénia mantuvo una intensa relación comercial con la antigua Qala de los Banu Hammad, una ciudad medieval de Argelia de la que hoy sólo quedan ruinas, y con Kairuán, en Túnez. Las sucesivas excavaciones en una zona extramuros del Fortí islámico han permitido sacar a la luz una insólita colección de cerámicas. Están primorosamente decoradas. No han aparecido muchas de igual tipología en el ámbito de Al-Ándalus. El arqueólogo Josep A. Gisbert ha descifrado el misterio. Esas cerámicas son similares a las que ahora se hallan en París y que proceden de excavaciones en la desaparecida ciudad de Qala. «Un avance de esa investigación la hemos presentado en un congreso que se acaba de celebrar en Granada», indicó ayer Gisbert.

En su ponencia, el arqueólogo y director del museo de Dénia descartaba que las cerámicas de la antigua taifa imitaran el estilo de esos alfares del norte de África. Gisbert asegura que son piezas fabricadas en Qala y Kairuán. E infiere que existía una fluida e intensa relación comercial entre la taifa que gobernaron Muyahid (la fundó en el año 1010) y luego su hijo Ali y las florecientes ciudades de lo que hoy es Argelia y Túnez. Daniya también mantenía entonces un activo comercio con Alejandría. De hecho, la Dénia islámica era toda una potencia en el Mediterráneo.

También se han encontrado cerámicas similares en las fachadas de las iglesias del siglo XI de Pisa.

Las de Dénia han salido a la luz extramuros del Fortí. Cuando se levantó en el siglo XI la muralla del Fortí, se arrasó por completo un arrabal en cuyas casas se guardaban las cerámicas de lujo importadas de Qala y Kairuán.