La tristeza por la marcha de los últimos cuatro frailes del convento franciscano de Benissa se hizo el martes más profunda al fallecer uno de estos religiosos, el padre José Llorca Antón, quien tenía 77 años. Este religioso, que fue párroco de Senija durante 17 años, ofició su última misa en este municipio el pasado 3 de septiembre. Incluso bendijo la restauración de la fachada del templo de Santa Caterina Màrtir. Los vecinos le tributaron un sentido homenaje y le regalaron una placa de recuerdo. Ese día se vivieron momentos muy emocionantes. El fraile saludó a todos los vecinos y se detuvo con los integrantes del coro parroquial que él mismo fundó y que durante muchos años dirigió.

Este fraile era muy querido en Senija. El entierro tuvo lugar el miércoles en el convento de Cocentaina. Y el jueves se realizó una misa en recuerdo el padre Llorca en la iglesia de Santa Caterina de la que fue párroco.

La vida de este fraile, como la de sus otros tres compañeros, estaba muy ligada al convento franciscano de Benissa. La orden decidió cerrar el cenobio el pasado mes de septiembre. Trasladó a los franciscanos al convento de Cocentaina. El ministro provincial explicó entonces que los frailes estaban ya mayores. Advirtió también que la orden «se moría» por la falta de vocaciones.

Hasta su último día en Benissa el el padre Llorca cumplió su labor pastoral en Senija. En su última misa del 3 de septiembre, los vecinos lo despidieron emocionados.