Tras meses de reforma, Casa Benjamín, la tasca fundada en Dénia en 1906, ha reabierto con el aire tabernario de siempre y un nuevo toque chic y sensual. Quizá la desaparecida mercería anexa, cuyo local ahora se ha incorporado al ampliado Benjamín, ha impregnado de distinguida sensualidad la histórica taberna. La tasca, sin perder la esencia, es ahora más elegante y coquetona. En uno de los nuevos murales se puede leer una frase atribuida a Marlene Dietrich: «Solo elijo amantes que beben vermú». Puede que sea apócrifa. Pero le va al pelo a la remozada taberna. A la Dietrich, de eso no hay duda, le hubiera seducido esta genuina taberna y bodega que ahora se reinventa para aguantar al menos cien años más.

El vermú vuelve, además, a estar de moda. Casa Benjamín, ahora regentada por los empresarios Juan Llorca y el matrimonio de Cristina Baixauli y Víctor Gallego, reivindica el aperitivo y la cultura de la barra y el bar. La vieja taberna es el nuevo lugar de encuentro de Dénia. Ha sido reabrir (se reinauguró hace una semana) y ponerse de moda.

La reforma ha tenido el tino de mantener las señas de identidad de la tasca que fundó hace 111 años Juan Forner El Moro (el mote revelaba que, como tantos otros vecinos de la Marina Alta, emigró a finales del XIX a Argelia). En 1945, Benjamín Pastor y su esposa Amparo, que llegaron a Dénia desde la Pobla del Duc, se hicieron cargo del negocio.

La barra de azulejos, ahora ampliada (tiene 25 metros y forma un rectángulo), rezuma casticismo. Los toneles de vermú, málaga, moscatel... remiten a la vieja bodega que vendía el vino y el licor a granel. Los nuevos propietarios han mantenido las fotos antiguas. Y han restaurado el mural de la mujer morena de Julio Romero de Torres. Todos esos detalles imprimen solera.

Las tapas, berberechos, mejillones y papas son delicias de barra que ahora la alta gastronomía ha descubierto y reivindica. Cocina sencilla, pero sabrosa, dicharachera y para compartir. La barra de Casa Benjamín es un festín. Pero la taberna también le hará un guiño a la cocina más elaborada. La atmósfera de la tasca convive con el espacio más de restaurante que se ha creado en lo que era la coqueta mercería.

Ese giro gastronómico es otra de las novedades. Ahí se nota la mano de Cristina y Víctor, quienes regentan los restaurantes Agua de Mar, en Dénia, y Garnacha Tinta, en València.

La tasca también acogerá actuaciones en directo. Y lo hará sin prejuicios: del flamenco a los DJ. Dénia ha recuperado su vieja tradición tabernaria.