La agricultura no levanta cabeza en la Marina Alta. Ahora que la gastronomía tiraba del sector ha llegado la Xylella fastidiosa, la bacteria que mata los almendros. Y los empresarios ya comparan el impacto de esa plaga con la tristeza de los cítricos y, sobre todo, con la filoxera que a principios del siglo XX arrasó las viñas de uva moscatel de la comarca y hundió el hasta entonces floreciente comercio de la pasa.

La plaga de la Xylella «es una tragedia para nuestra comarca y puede alcanzar dimensiones muy superiores a lo que fue la filoxera y la tristeza», advirtió ayer el Cercle Empresarial de la Marina Alta (Cedma). La junta directiva del Cedma ha enviado a la conselleria de Agricultura una carta de apoyo al sector agrícola de la Marina Alta.

Los focos se han detectado hasta ahora en prácticamente todos los municipios de la Vall de Pop, que es donde más importante son los cultivos de almendra, así como en Benissa y Gata de Gorgos. Los empresarios urgen a la conselleria a actuar. Cuestionan las indemnizaciones de 6.000 euros por hectárea y 28 euros por árbol, ya que «no incluyen el lucro cesante ni tampoco, de momento, otros incentivos».

El Cedma avisa de que la bacteria puede también infectar olivos, cítricos, viñas y cerezos. «La urgencia de atajarla es máxima», recalca, y asegura que, si no se detiene, «están en riesgo buena parte de las cooperativas y bodegas de la comarca, así como la incipiente actividad turística desestacionalizada» ligada a la agricultura y al paisaje agrícola. Los empresarios precisan que peligran también iniciativas que han puesto en marcha los municipios para darse a conocer y estimular la economía local como Feslalí, Alcalalí en flor (un festival basado precisamente en la floración de los almendros), el Mercat de la terra, la Festa de la verema, Xalónia o Atardecer entre viñedos.

«Todos ellos se perderá irremediablemente si la respuesta se limita a arrancar árboles y ofrecer una compensación económica ínfima», auguran los empresarios, que sostienen que si la plaga continúa expandiéndose en la Marina Alta las consecuencias serán «nefastas» para la agricultura y para «el conjunto de la actividad económica».