La misa dominical del cura Miguel Ángel Schiller llenó ayer la iglesia de San José de L´Alfàs del Pi. Una gran cantidad de feligreses se acercó a escuchar el sermón del párroco, que había levantado expectación después de que estallara en las redes sociales arremetiendo contra la jerarquía eclesiástica y los casos de pederastia en el seno de la Iglesia.

Para dar más fuerza a sus palabras, el cura sacó una noticia en papel de unas declaraciones en las que el Papa Francisco indicó que «muchos Poncios Pilatos hay que viven aquí lavándose las manos», refiriéndose a la corrupción en el Vaticano. «Si alguien se escandaliza de mis palabras que también lo haga de las suyas», reiteró.

Al final de la misa, Schiller declaró a este diario que el miércoles mantendrá sus argumentos ante el obispado, aunque pedirá perdón por el lenguaje empleado, tras llamar «maricones y desequilibrados» a algunos obispos.