La sequía ya salta a la vista. Hace un año, tras un otoño muy lluvioso y la histórica nevada del 18 de enero, todo era verdor. Ahora los campos empiezan a estar agostados. Un ejemplo es la ladera de solana del tossal de Santa Llúcia de Xàbia. Amarillea. El contraste con la umbría, más frondosa y húmeda, claro está, es muy llamativo. La cara que da al sol está seca. La flora dominante son los herbazales de hyparrhenia hirta y helictotrichon filifolium (hierbas comunes, vamos). En esta época del año suelen estar verdes. Pero este año se han secado de forma prematura. Otras especies vegetales también sufren los estragos de la sequía. Las puntas de las hojas de los palmitos están resecas y marrones.

Y los pinos (de aquí y de muchas masas forestales de la Marina Alta) empiezan a enfermar por el estrés hídrico. Sus acículas se secan dado que ahora estos árboles están debilitados y expuestos al ataque del hongo sirococcus conigenus. Esta enfermadad se conoce como el soflamado del pino.

En la ladera de solana de Santa Llúcia, también se observan ya lavandas secas.

La sequía empieza a marchitar en pleno mes de enero los campos de la Marina Alta.