El carricerín cejudo es el ave paseriforme más escasa y amenazada de Europa. Cría en el Báltico y emigra a África. Pasa por humedales como el del parque natural de la Marjal de Pego-Oliva. «Pero necesita humedales abiertos», subrayó ayer Eduardo de Miguel, director de la fundación Global Nature. Y en los marjales las cañas lo invaden todo. El carrizal, por la falta de gestión y, sobre todo, de pastoreo, se ha hecho densísimo, impenetrable. El carricerín cejudo, además de amenazado, se queda en sus migraciones (dos al año) sin humedales en los que hacer parada. Y sin ecosistemas óptimos es imposible que la diezmada población de estas aves levante el vuelo.

La fundación Global Nature quiere abrirle paso a esta ave. Ha adquirido una segadora anfibia, que presentó ayer en el Marjal de Pego-Oliva. El proyecto Life Paludicola, que es el que lleva a cabo la citada fundación, creada hace 25 años y que ha recuperado humedales en Castilla la Mancha, Castilla León y en la Comunitat, persigue crear hábitats migratorios para el carricerín cejudo.

La segadora anfibia desbroza la vegetación helofítica en un santiamén. Los residuos verdes se triturarán y se transformarán en biomasa que se utilizará para abono agrícola. Pero las cañas crecen deprisa. De Miguel avanzó que esta labor mecánica debe complementarse con la recuperación del pastoreo. Dijo que ya han conveniado con un ganadero de Pego para que lleve a pastar a sus ovejas al Marjal.

La siega con máquinas anfibias está poco extendida en España. En la Albufera de València sí funciona una de estas máquinas. Mejoran el hábitat de las aves palustres. El proyecto de Global Nature incluye el Marjal dels Moros (ardió hace un mes) y los parques naturales de la Albufera y el Prat de Cabanes-Torreblanca. «Posiblemente incorporaremos también el Hondo», apuntó De Miguel.

Este responsable apostó por lograr que Europa dé una prima a los ganaderos al favorecer el pastoreo la diversificación del territorio y la prevención de incendios. Explicó que en Castilla la Mancha ya están comercializando legumbres de la Red Natura 2000. «En Pego, también pueden beneficiarse los agricultores». Adelantó que los productos ecológicos ahora tan en boga ganan un plus si además promueven la diversidad.

Lograr que el carricerín cejudo vuelva al Marjal de Pego-Oliva ayuda a mejorar la gestión del humedal, a reintroducir la ganadería sostenible y a abrir nuevas vías de negocio a la agricultura. Esa pequeña ave (mide 13 centímetros) es una bendición.