Los promotores ya pueden remover cielo y tierra. No van a encontrar nada igual. Todavía podrán comprar viejos chalés de primera línea de playa y levantar casas de lujo. Pero no darán con una parcela de perspectiva casi infinita. El último chalé del acantilado que domina kilómetros y kilómetros de costa se ha levantado en el promontorio litoral de Ambolo, en Xàbia. Está incluso en una cota un pelín más elevada que la de la cercana torre vigía del siglo XVI. La perspectiva noreste abarca desde el Cap de la Nau a l´Illa del Descobridor. El chalé «flota», sobre todo su piscina, sobre la cala de Ambolo. Y la visión a sudoeste abraza todavía más costa. Se vislumbra el Montgó, los acantilados de la Granadella y del Moraig. El cuadro litoral lo cierra el Cap d´Or de Moraira, sobre el que asoma el perfil del Penyal d´Ifac de Calp. Un paisaje inmenso.

Esta vivienda de lujo, construida por la promotora Miralbó, que la ha vendido por 5 millones de euros, es el último «hito» de ese segmento de la construcción que incluso en plena crisis urbanística funcionaba como un tiro, el de los chalés de modernas líneas arquitectónicas levantados en los acantilados.

El gerente de Miralbó, Juanma Pérez, admite que ya será difícil hallar una parcela «tan excepcional». Tiene una superficie de 1.600 metros cuadrados. La empresa la compró por 1,7 millones. Derribó el viejo chalecito y ha construido una casa de líneas rectas y revestida de piedra travertino (le da un aire a la tosca, pero es más suntuosa; fue la piedra de los monumentos de la antigua Roma).

«Será muy difícil, sino imposible, encontrar un terreno llano y que tenga estas impresionantes vistas. A la vivienda le da el sol desde que sale hasta que se pone. La hemos diseñado para aprovechar toda esa luminosidad. Está integrada y abierta al paisaje que la rodea», aseguró el responsable de Miralbó.

La casa mantiene siempre una temperatura regular gracias a su sistema de aerotermia (la orientación y el excelente clima de la Marina Alta también ayudan) y está a la última en domótica. Cuenta con un pequeño spa, con sauna, gimnasio y con una piscina abierta y otra climatizada con contracorriente. Pero el gran lujo es la impresionante vista.

El segmento de los chalés de lujo se ha reactivado con mucha fuerza entre les Rotes de Dénia y Benidorm. Pero este chalé de Ambolo será el último (o de los últimos) que dominen tantísimo trecho litoral.