El mar tiene un apetito insaciable en la playa de les Deveses de Dénia. Ya se ha zampado los 8.000 metros cúbicos de arena con los que el pasado mes de noviembre el Servicio de Costas de Alicante regeneró este tramo litoral. No queda ni pizca de aquella arena. La playa, de hecho, ha vuelto a desaparecer. Cuatro meses después de que Costas recuperara un frente de arena de varios metros, las olas vuelven a golpear directamente contra los muros sobre los que están construidos las casas de primera línea.

Las escaleras que se colocaron en estos muros cuando se reconstruyeron tras el temporal de finales de enero de 2017 se han quedado en el aire. Antes el último escalón tocaba la playa. Ahora no queda arena. La erosión en este tramo costero es imparable. Los vecinos tienen fotos de hace décadas en las que la arena llegaba 50 metros mar adentro. El mar ha ido ganando terreno y se ha echado encima de las casas. No queda ni rastro de la playa.

La regresión de este litoral se ha producido en un invierno en el que no ha habido fuertes temporales. El de enero de 2017 derribó incluso parte de las casas. Pero en los últimos meses no se ha desatado ninguna tempestad tan devastadora. Ni de lejos. Pero les Deveses no ha llegado ni a Fallas. Ahora Costas tendrá que correr mucho para tener a punto esta playa para la temporada turística de Semana Santa y Pascua. Además, está comprobado que las actuaciones de vertido de arena tienen los días contados.

Otro tramo del litoral de Dénia que sufre un deterioro imparable es el del Blay Beach. Los muros de las propiedades de primera línea están cada vez más agrietados e inclinados. Algunos tramos se han venido abajo en los últimos años.

Mientras, la playa de la Marineta Cassiana ha aguantado el invierno sin problemas de erosión. La barrera de Posidonia oceanica ha sido una bendición. Ha frenado el ímpetu de las olas. Es más, ese dique natural permite que la playa incluso se ensanche.