Las fiestas de la Rosa de este año han sacado a la luz una historia que forma parte del patrimonio cultural y festivo del Poble Nou de Benitatxell. La periodista y escritora poblera, Empar Ferrer, ha realizado un reportaje de investigación sobre el origen de la fiesta de Sant Pancraç, fiesta que se celebrará mañana sábado en el municipio. El reportaje se ha publicado en el libro de fiestas y recopila una veintena de fotografías antiguas sobre el origen de esta celebración. Una iniciativa de la concejalía de Fiestas, a cargo de Nathalie Coning, los Festeros 2018 y su comisión, que contribuye a reivindicar y recuperar la historia de una peña de muchachos un punto revolucionaria, la "Quadrilla del Sarment", que supo sacar la parte más divertida y cómica de la vida en plena época franquista. "Sus inquietudes políticas, hermandad y su gran sentido del humor los unieron como buenos camaradas rurales. Y juntos hicieron historia al gestar San Pancracio, una curiosa fiesta libertaria y luminosa que supo fusionar a la perfección la religión con el punto más laico en un momento en el que no soplaban precisamente vientos de libertad", comenta la periodista Empar Ferrer.

Según cuenta el reportaje, todas las personas interrogadas coinciden en el hecho de que la fiesta de Sant Pancraç la crearon la "Quadrilla del Sarment". La peña se apodaba así porque de chavales quisieron ir a las Fallas de València y, para ganarse cuatro duros, iban a recoger sarmientos". Estaba conformada por Vicente García (Azaña), Vicent de Cuellet (Honorio Maura), Toni al de Carmen (Macià), Vicente el Moreno (Marcelino Domínguez), Batiste el de Ventura (Largo Caballero), Pepe el de Anita al Povil (Prieto), Kiko el Cartero (M.Maura), Vicent de Martínez (Barrio), Vicent de Terrot (Caudillo), Sebastià Estalrich (Larroux), Paco al Guarda (Fernando de los Ríos), Kiko Martínez (Martínez Enido) y Vicent el Peó (Besteiro). Sus apodos, que ellos mismos idearon, eran de políticos de la Segunda República Española, época en la que los miembros de la cuadrilla eran jóvenes y con grandes inquietudes políticas. Algunos de estos motes todavía perviven en El Poble Nou de Benitatxell.

La idea surgió el lunes siguiente a las Fiestas de la Rosa de 1951. La víspera había llovido y aquel lunes la gente no pudo ir al campo a trabajar ya que los campos estaban fangosos. Los chicos de la "Quadrilla del Sarment", reunidos en un bar y con ganas de liarla, idearon una festividad improvisada. Comenzaron a buscar la figura de un santo. Un vecino, el tío Gregorio, dijo que tenía un pequeño Sant Pancraç en casa. Era una figura muy pequeña pero sobraba, la dieron por válida. Montaron unas andas e improvisaron una procesión con la colaboración del sacerdote del momento, que fue fundamental. La procesión salió de la calle Trinquete y se encaminó a la iglesia. Los vecinos participaron y fue un éxito. Pero la fiesta no acabó ahí. Al finalizar la misa, todavía con ganas de diversión, algunos miembros de la "Quadrilla del Sarment" subieron al balcón del ayuntamiento y decretaron que todos los vecinos y vecinas deberían disfrazarse aquella tarde.

Para darle más empaque a la ordenanza, Azaña hizo de alcalde, Manuel Vallalta de concejal, el Cartero de Secretario, Caudillo de alguacil y de sacerdote pascual Calafat. Fueron las primeras autoridades de San Pancracio. De ahí les viene la tradición a los pobleros y pobleras de nombrar a alcaldes por un día en esta curiosa fiesta.

"Aquel primer Sant Pancraç espontáneo tuvo una increíble acogida. El poder de convocatoria de la "Quadrilla sel Sarment" fue enorme. Se disfrazó todo el pueblo, abuelas, niños, todo el mundo. Los pobleros y pobleras se divirtieron y olvidaron sus problemas por un día. La capacidad de esta cuadrilla para implicar tan rápidamente a todos los vecinos y vecinas, demuestra que nuestros protagonistas eran unos auténticos "influencers" y dinamizadores sociales de aquel momento. Es curioso pero de esta manera tan sana y desenfadada nació una de las fiestas más auténticas y populares del Poble Nou de Benitatxell", apunta Empar Ferrer.

Y es cierto. A veces las fiestas más bonitas y entrañables nacen de puras casualidades y cuajan hasta convertirse en tradiciones únicas que nos definen como pueblo. Los pobleros y pobleras ahora hacen memoria y no quieren olvidar a una peña de jóvenes muy genuina, la del Sarment, que formará por siempre parte de la intrahistoria de una fiesta que ya es eterna en El Poble Nou de Benitatxell.