Que la nueva estación de autobuses de Dénia, inaugurada hace apenas una semana, sea pequeña y no entren los autobuses más grandes, no es una novedad. En el puerto de la ciudad, tampoco pueden entrar los cruceros. La dársena no tiene suficiente calado ni siquiera para los cruceros de tamaño medio, como el que ha llegado esta mañana, el SeaDream I, que tiene bandera de Bahamas. Sus pasajeros, un centenar y la mayoría estadounidenses, están desembarcando en botes. El barco ha fondeado junto a la bocana. Los primeros 18 viajeros, turistas de avanzada de edad, han pisado tierra sobre las 8.45 horas. Les esperaba un autobús para llevarlos de excursión a Guadalest y al museo del turrón de Xixona. El resto del pasaje visitará Dénia.

Lo de desembarcar en botes también tiene sus ventajas. Les deja en el Moll del Martell, que está a cruzar una calle de Marqués de Campo, la gran arteria histórica de Dénia. El departamento de Turismo ha montado una mesa con información. A los pasajeros se les entrega un plano de Dénia y folletos. Ahora no funciona el tren turístico y, además, no podría subir al castillo, el principal monumento de la ciudad, ya que la calle de acceso, Sant Francesc, está en obras. Pero pasear por Marqués de Campo es agradable y quedan cerca los museos, las iglesias y los bares más típicos. Estos turistas estadounidenses no habían estado nunca antes en Dénia. Por tanto, tienen mucho por descubrir.