Quizás no sea el Paul Bocuse de los fogones de la Marina Alta (vamos, fijo que no), pero el escritor y periodista de Xàbia Josep Vicent Miralles sí tiene mano para la otra cocina, la literaria. Ha encontrado a la cómplice ideal, a su madre, Marisa Piles, quien ayer reveló el gran arcano de la cocina («la gran riqueza es que en cada casa los platos se elaboran de una manera distinta»). Juntos han escrito «La cuina de la Marina Alta. Receptes i històries mediterrànies», editado por Drassana y presentado ayer en Xàbia. Marisa ha hecho memoria de las recetas de siempre. Y su hijo las ha salpimentado con su peculiar gracejo. El libro también incluye textos de Vicent Baydal, Felip Bens, Tono Fornés, Carlos Fuster, Pepa Guardiola y Toni Sabater. Las fotografías son de José Vives. Toni Sabater desveló que esta obra es cualquier cosa excepto un recetario al uso. Hizo reir al numeroso público con esas notas humorísticas con las que Miralles condimenta las recetas. Cuando explica cómo se cocina un polp sec, alude a que hay que «arrearle una paliza con una maza de madera», pero luego habla del código penal y aclara que hay una alternativa menos salvaje, la de meter el pulpo en la congelador. Cada receta esconde estos giros de nouvelle cuisine literaria (no, si al final sí será un Bocuse).

El escritor de Xàbia afirmó que lo trascendental de la cocina es que crea «espacios de felicidad». La de la Marina Alta hace feliz, indudablemente, a los de aquí y a quienes vienen de fuera. Marisa, cocinera sabia, lanzó un consejo: escuchar con atención a las personas que ya van teniendo una determinada edad y apuntar en una libreta su caudal de cultura culinaria. «Si no lo hacemos, perderemos un patrimonio impresionante», advirtió.