Manda la tradición. El primer bancal, el de las mieses que se aventarán y trillarán en la «Festa del Batre» que se celebrará el sábado en el Riurau de Jesús Pobre, se segó hoz en mano. Integrantes de la Associació Sociocultural del Riurau, que impulsa el proyecto «Blat de la Marina», que ha recuperado el cultivo del cereal en el valle del Montgó (antaño fue el granero de Alicante), segaron como toda la vida. Cargaron las gavillas en los carros de los Amics del Cavall de Gata de Gorgos. Ese es el trigo de una fiesta que este año incluye una estupenda novedad: la primera «Fira de la Coca Tradicional». Además, la siega a mano marca el inicio de la recolección del cereal con la cosechadora comprada mediante un crowdfunding (micromecenazgo) a un vecino de Benissa y que el pasado año ya se utilizó por primera vez en este proyecto de recuperación de cultivos y paisaje.
En primavera los trigales están de un verde espectacular. Son como un gran mar que se mece con el viento. Luego se vuelven dorados. El valle del Montgó ha ganado en riqueza cromática y paisajística (también natural). El trigo vuelve a compartir espacio con los otros dos grandes cultivos de secano, el olivo y la vid.
Carles Hostalet, de la Associació Sociocultural del Riurau, comentó ayer que lo importante es que se ha dado el paso de transformar estos productos. Los agricultores cobran protagonismo. Las olivas se transforman en las almazaras en estupendos aceites que cada vez tienen más prestigio. El vino de la Marina Alta y del Montgó se abre paso y está enraizado en la tradición milenaria del yacimiento del Alt de Benimaquia, en el Montgó, donde en el siglo VI antes de nuestra era ya se producía vino. Mientras, el trigo se hace harina en la Farinera de la Marina, un molino de piedra que se ha puesto en marcha en pleno corazón de Jesús Pobre.
Este año se recolectarán de nuevo más de 10.000 kilos de variedades antiguas de trigo (el amorós, el fartó y el assolacambres). «La segadora también está cosechando el trigo que han sembrado particulares. El proyecto va a más», destaca Hostalet. «Blat de la Marina» tiene, sin duda, buena simiente.
La Associació Sociocultural del Riurau ha logrado que el trigo trascienda el folklore (fiestas como la del «batre» son, eso sí, imprescindible para difundir la historia y la tradición agrícola de la Marina Alta). También ha conseguido que recuperar este cereal se deje de percibir como una locura o como una aventura. El trigo tiene futuro en el valle del Montgó.