La crisis también se ceba con la industria del mueble. Desde que comenzó la crisis económica, allá por el 2008, han desaparecido 4.099 empresas. Esta cifra se desprende de los datos aportados por la Confederación Española de Empresarios de la Madera (Confemadera). Según estos, hace cuatro años existían 20.259 firmas centradas en la producción y exportación de muebles, pero al acabar 2011 tan solo sobrevivían 16.160. Es decir, la crisis se ha llevado por delante al 20,23% del sector.

La situación no mejora si se suma a la ecuación el resto de subsectores de la madera. Francesc de Paula Pons, secretario general de Confemadera, lo ilustra de esta manera: «En cuatro años, de 2007 a 2011, se han perdido 150.000 empleos y han desaparecido 12.000 empresas, de 40.000 que había entonces a solo 28.000».

Las estadísticas que expone la patronal española a nivel autonómico tampoco son positivas. En 2008, existían en la Comunitat Valenciana 2.463 empresas centradas únicamente en los muebles, que daban trabajo a 22.504 trabajadores. Dos años más tarde casi 500 de estas compañías habían quebrado mientras que otras 1.994 continuaban con sus actividades. El descenso también se reflejó en el número de trabajadores puesto que se había reducido a 14.130 (8.374 menos empleos). Todos estos datos, abstractos en el papel, han impactado especialmente en las pequeñas y medianas empresas. Según un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia, las pymes representan el 90% del total del sector, un porcentaje casi similar si se extrapola al total del Estado español (un 89%). Confemadera concreta esta atomización del sector y asegura que la media de las empresas dedicadas tanto al mueble como a la madera es de seis empleados. También de forma física y geográfica se concentra el derrumbamiento del mueble valenciano: el 60% de las empresas de muebles de la Comunitat se localizan en la zona de l'Horta.

A pesar de esta caída, la valenciana aún es la segunda autonomía tanto en exportación como en producción de muebles, con una facturación de más de 273 millones de euros al cierre de 2011, según recoge el informe de comercio exterior de Anieme, la Asociación Nacional de Industriales y Exportadores de Muebles de España. Un 20,4% del total nacional depende de los negocios de la industria valenciana, solo por detrás de Cataluña (30,5%) y muy lejos de la tercera, Andalucía (6,5%).

La Politécnica sostiene que esta posición se ha alcanzado porque durante los últimos años las empresas valencianas han apostado por un «salto cualitativo» que les ha hecho ganar en competitividad. Entre las mejoras, el estudio universitario subraya las mejoras en el diseño y en la capacidad de adaptación a los gustos de los demandantes.

Sin embargo, la omnipresente crisis económica ha podido más que la innovación de las firmas valencianas. El hundimiento del modelo basado en la construcción ha acabado con gran parte de la demanda interna, lo que ha generado la tendencia negativa de los últimos cuatro años. Los datos negativos concuerdan con las sensaciones de la patronal valenciana. El presidente de la Federación Empresarial de la Madera y el Mueble de la Comunitat Valenciana (Fevama), Vicente Folgado, reconoce que en 2008 y 2009 se produjo una caída de producción y de exportación del mueble tanto a nivel valenciano como nacional. «La crisis afectó de forma importante a todo el sector. Estimamos que en la Comunitat y hasta 2011 se han reducido los puestos de trabajo en cerca de un 15%», subraya Folgado. Esto supone agrandar el agujero nacional puesto que solo los trabajadores valencianos representan más del 18% del total estatal, de acuerdo con el informe de 2011 del Instituto Valenciano de Exportaciones (Ivex).

La incertidumbre de las exportaciones

La caída de las ventas al exterior comenzaron a remontar en 2010, y el año pasado se pudo cerrar con un 4,9% de crecimiento gracias «al esfuerzo de los empresarios por adaptarse a la nueva situación», de acuerdo con el presidente de Fevama. No obstante, en el presente ejercicio las turbulencias internacionales vuelven a amenazar a la madera valenciana. «Ahora parece que las exportaciones están bajando otra vez. Este año estamos en un momento de 'stand by', de ver cómo se van a desarrollar las cosas», añade Folgado.

Una de las causas, explica Folgado, es que Estados Unidos, uno de los grandes demandantes de muebles valencianos, «ha bajado bastante». Por eso el sector quiere orientarse hacia nuevos mercados, en concreto hacia países emergentes como Brasil, a donde ya «se está exportando mucho». «La idea es hacerlo también con otros países como Perú, Nicaragua y Chile o los africanos Nigeria y Angola, países que están creciendo al 4, 5 o 6 por ciento».

Aun así, los países europeos siguen siendo los principales clientes de los muebles valencianos, «países que están creciendo muy poco o directamente no están creciendo», en palabras de Folgado. En primer y destacado lugar se encuentra Francia, que compra el 30% de las exportaciones. Le siguen Portugal (6,8%), Alemania (5,7%), Rusia (5,6%) y Estados Unidos (4,9%).

Ante el estancamiento del comercio interior y la paralización del mercado europeo, el mueble valenciano ha de buscar nuevos clientes en el exterior para seguir aumentando sus exportaciones. Ese es el deseo del presidente de Fevama, Vicente Folgado, y parece que las empresas piensan de la misma manera. Los países que concentraron el mayor crecimiento de las exportaciones valencianas son unos destinos que no compran una gran cantidad de muebles valencianos.

Polonia, quien más aumenta su compras

Según se desprende del informe de la evolución del comercio exterior realizado por Anieme, la mayor subida, con diferencia, fue la de Polonia. Las ventas al país en 2011 supusieron un aumento del 160% respecto al año anterior. En cambio, el país báltico únicamente representa el 0,8% de las exportaciones de la Comunitat Valenciana. Algo similar sucede con Turquía, donde las ventas crecieron un 48,5% pero otra vez su porcentaje en el total valenciano es del 0,8%. El siguiente de la lista es la antigua colonia española de Guinea Ecuatorial, que compró un 46,2% más de muebles valencianos y que ya ocupa un 1,5% del total.

Un caso destacado es Catar, país donde aumentaron las exportaciones un 25,4%. Según explica Folgado, las naciones árabes son unas tradicionales consumidoras de los productos valenciano de este sector, ya que aprecian su corte «más clásico». De hecho, otros países como Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos se encuentran entre los diez que más compran, y ambos suman un 5,3% del total.

Esta cultura exportadora del mueble de las empresas valencianas y españolas es, relativamente, nueva. Desde la Universidad Politécnica se asegura que fue en 2007 el año en el que se experimentó un fuerte crecimiento de las ventas a otros países. Hasta entonces la industria del mueble no se había preocupado porque durante las últimas décadas sus balanzas comerciales habían registrado superávits. Precisamente, fueron las exportaciones de otro país, China, con destino a la Comunitat lo que hizo cambiar de opinión a las compañías autóctonas.

Los países desarrollados lideran la producción

La construcción y distribución de muebles es cosa de los países más desarrollados del planeta. Así lo recoge un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia que asegura que este tipo de estados concentran el 90% del total de la producción. Entre estos se encuentran Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania y Reino Unido. Este grupo se caracteriza, además, por tener una alta demanda interna, por lo que sus exportaciones no se disparan. Esto sí ocurre en otros países entre los que destacan España, Italia y las naciones del norte de Europa. A pesar de que también posee unos costes de producción altos, estos tienen unas características propias que le otorgan a sus muebles una mayor capacidad competitiva. En un último grupo se engloban países emergentes como China, Indonesia y México, que en los últimos años han multiplicado sus exportaciones. Los amplios recursos forestales y los bajos costes que conlleva producir allí les hacen crecer rápidamente.