Todo tiene un inicio y un final en una industria automovilística marcada gravemente por la crisis financiera tanto a nivel global como nacional. Con más de cinco millones de unidades producidas, 36 años de evolución y carácter a sus espaldas y una historia intrínsecamente ligada a la factoría valenciana de Ford Almussafes, el Ford Fiesta, uno de los vehículos compactos del segmento B que marcaron época tras su nacimiento en el año 1976, dejó el pasado viernes de esta semana de ensamblarse en tierras valencianas para pasar a hacerlo en Alemania.

El Fiesta, o «forfi» para más de una generación de conductores, está considerado como uno de los icono automovilísticos recientes del segmento B o de compactos. Actualmente se oferta en su sexta generación, y se han comercializado más de 15 millones de unidades del mismo en prácticamente todo el mundo (salvo en Canadá y en los EE UU, donde sólo se ofertó entre 1978 y 1980). Fruto de la decisión directa de Henry Ford II, el Ford Fiesta nació el 18 de octubre de 1976 respaldado por una inversión de más de mil millones de dólares y con un objetivo comercial claro: plantear una propuesta de menores dimensiones y más contenida en términos de consumo para enfrentarse con garantías a los populares modelos Renault 5 o Seat 127, todos ellos muy asentados en un segmento de utilitarios que se desarrolló con fuerza tras la crisis del petróleo de 1973 y en el que los americanos carecían de representante.

Por aquellos años, destacó por ser el primer modelo de la marca en usar tracción delantera y, gracias a su transmisión manual de cuatro marchas, sus equipamiento de serie y un fiable bloque motor Ford Kent OHV modificado y apodado «Valencia» —en honor a la fábrica de Almussafes creada expresamente para su producción—, sólo tardó tres años en llegar a su primer millón de unidades vendidas en todo el globo. Así se forjaría el éxito de un referente entre los automóviles utilitarios que, el pasado 22 de noviembre de 2011, alcanzó finalmente la cifra de cinco millones de unidades producidas sólo en el complejo de Almussafes.

La producción de las seis generaciones del Ford Fiesta en Valencia, que sólo se interrumpió durante los años que van de1996 al 2002 para concentrar el esfuerzo en el Ford Ka (un modelo urbanita de menor tamaño), fue el pistoletazo de salida para que la planta de Almussafes, con más de diez millones y medio de vehículos producidos hasta hoy, se convirtiera en una de las cabezas visibles del sector automovilístico español, llegando a producir otros modelos como el Ford Escort, el Ford Focus o el Mazda 2 durante su existencia. Como recuerda José Pérez, portavoz de la dirección de Ford Almussafes, «la entrada de Ford en Valencia fue el inicio de la industria autonómica del automóvil, y a partir de la cual el sector ha ido evolucionando y creciendo hasta ser uno de los más importantes a nivel nacional». Sin embargo, el cese de la producción de un modelo tan ligado a la Comunitat no es más que otro paso adelante para la marca americana, según el propio Pérez: «No debe verse con pena que el Fiesta deje de fabricarse en nuestras instalaciones; fue una fase de aprendizaje y no supone un problema para la planta valenciana. El Fiesta cede el testigo a modelos más grandes y con mayor innovación tecnológica, y Almussafes se convertirá ahora en productora exclusiva de tres modelos del segmento C en Europa, como son el Ford C-MAX, el Ford Kuga y la Ford Transit Connect».

Reorganización productiva en Almussafes

Pese a las implicaciones positivas con las que se interpreta este cambio de ciclo para la fábrica de valenciana de Ford —una «reorganización de la producción», según la propia empresa—, lo cierto es que la factoría valenciana se halla inmersa en un expediente temporal de regulación de empleo que comenzó en enero y que se alargará hasta octubre de este año dada la situación de crisis en el sector. La medida, de 39 días de duración y de aplicación discontinua, podría afectar a hasta 4.960 trabajadores de una plantilla total de 6.200. De entre ellos, 300 serán seguro suspendidos de contrato por excedencia de mano de obra tras la ida del Fiesta.

Tras ceder el testigo de la fabricación europea del mismo a la planta de la marca situada en Colonia (Alemania), la factoría de Almussafes se prepara para asumir nuevos retos productivos en un segmento superior al que históricamente se ha enfocado. Así, seguirá produciendo el monovolumen C-MAX y se dispondrá para recibir, entre finales de 2012 y a lo largo del próximo año, los encargos de fabricación de los nuevos modelos Ford Kuga (un todocamino basado en la plataforma del Explorer americano) y Transit Connect (un vehículo comercial ligero cuya ventaja competitiva se centra en su relación precio-posibilidades).