Los sindicatos avanzaron en julio una noticia que alarmó a los más de 5 millones de parados en España: el Gobierno había decidido no prorrogar el Plan Prepara, la ayuda de casi 400 euros que se reserva a los parados que han agotado todas las prestaciones y subsidios. El Ejecutivo de Mariano Rajoy tentaba así el terreno para una posible desaparición de este programa, levantando una gran polvareda que le obligó esta semana a sacar al portavoz popular en el Congreso, Alfonso Alonso, a recordar que la puerta a la renovación aún estaba abierta. Entrevistado ayer por Europa Press, Alonso declaró que se podía prorrogar el plan, pero lo que no se podía hacer era no modificarlo.

José F. Sierra (44) es uno de los padres de familia que tiene que ajustar su presupuesto mensual a 399,38 euros. La obra donde trabajaba como gruista se paralizó en 2007 y desde entonces no ha vuelto a tener un trabajo estable. Cuando agotó la prestación por desempleo, pasó a percibir los 426 euros del subsidio y, cuando este acabó, se inscribió al Plan Prepara.

«Lo pedí el 23 de enero y me hicieron el primer ingreso a fines de mayo», comenta José, mientras recuerda uno de los momentos más difíciles de su vida. Sus cuatro años en el paro le provocaron depresión y vivía con la incertidumbre de cuándo llegaría el primer pago. Su matrimonio no aguantó más tensiones y, tras el divorcio, tuvo que volver a la casa de su madre. Su exmujer y su hija de nueve años aún habitan la vivienda sobre la que hay una hipoteca que le es imposible pagar. «En febrero, debía 1.200 euros. Ahora ya no lo sé», señala con un gesto de despreocupación. «¿Qué voy a hacer? No voy a robar a un banco para pagar el piso».

Ni para la hipoteca

Incluso si la hipoteca fuera su prioridad, no podría asumirla. La mensualidad que le pide el banco es de 500 euros, unos 100 más de lo que recibe. El coche también lo da por perdido. Lo adquirió un año antes de quedarse sin empleo y la cuota se llevaría más de la mitad de sus ingresos. La entidad aceptó en un principio quedarse con el vehículo a modo de pago, pero solo por 4.000 euros. Ahora le ha comunicado que descontará todos los desperfectos. José ya no se preocupa de cuánto será la deuda que le quede pendiente. «En esta situación ya solo vives el presente, no piensas más en el futuro ni quieres recordar el pasado. Solo te queda el presente.»

Y ese presente es que aún no ha recibido los 400 euros correspondientes al mes de junio, aún no ha podido pasarle a su exmujer los 150 euros para la manutención de su hija y aún no ha podido colaborar en los gastos de la casa de su madre, que depende de una pensión que ronda los 600 euros. Acude todos los días, desde el 20 del mes pasado, al banco a revisar su cuenta y, luego, al Servef a preguntar cuándo cobrará.

Esto se debe a que la entrada en vigor de los nuevos Presupuestos Generales del Estado el 30 de junio desencadenó una serie de trámites burocráticos que se tradujeron en un retraso en el pago del Plan Prepara que debería haberse realizado en julio. Al no tratarse de una prestación, sino de un subsidio, esta ayuda no tiene una fecha de percepción fija y, por lo tanto, no se puede reclamar si hay demoras, solo queda esperar. Pero para alguien que depende de 400 euros, esos «pocos» días pueden resultar desesperantes.

La coincidencia del retraso y el anuncio de los sindicatos generó inseguridad y recelo en el colectivo. Tras días de silencio, el Ministerio de Empleo y Seguridad por fin comunicó que se había abonado lo debido a los beneficiarios del Plan Prepara y que la demora se debía a las características propias de la ayuda, aprobadas durante la gestión del PSOE. Fuentes oficiales del Ministerio aseguraron a Levante-EMV que todos los afectados deberán haber cobrado a más tardar el martes. Además, admitieron que al inicio hubo un fallo en la comunicación del atraso e informaron que se hará un seguimiento de lo que pasa en las provincias, las encargadas del pago.

Preocupación patente

Pero la preocupación de los parados que dependen de este programa aún sigue patente en los foros de internet. Los desempleados que solicitaron la ayuda a partir de junio temen que no se les incluya en los pagos que se están efectuando en estos días. Y no van mal encaminados. Fuentes del SEPE (antiguo Inem) en Valencia informaron a este diario de que en las oficinas circula una nota en la que se avisa que aquellos que se hayan inscrito en el Plan Prepara de junio en adelante no recibirán el dinero hasta finales de septiembre, como muy pronto. Desde el Ministerio admiten que el plan «se ha salido del presupuesto» y que hay pendiente una ampliación de crédito. Esta sería la causa de la demora en los nuevos reconocimientos.

Miguel Araque es una de esas personas que, por un lado, se siente afortunado por haber agotado el subsidio a tiempo para pedir el Plan Prepara y, por otro, no puede contener un gesto de desolación cuando piensa en los meses que le esperan hasta que pueda cobrar. Este valenciano de 45 años creó una empresa durante la burbuja inmobiliaria que llegó a ser el sustento de 70 familias. Pero los impagos de sus clientes le ahogaron y antes de pagar lo que le debía a la Seguridad Social, prefirió cumplir con sus empleados. «Mis trabajadores tienen boca. La Seguridad Social, no.»

Tras el cierre de su compañía, trabajó como pintor y jefe de obra. Agotó el paro y el subsidio y durante los próximos meses no podrá pasarle a su exesposa dinero para sus dos hijos. «Menos mal que ella es una gran mujer. Sabe que siempre le he cumplido y que apenas cobre se lo daré.» Miguel lleva cuatro años sin trabajo, y en el último que le consiguió el Servef sufrió una gran decepción. «Estaban muy contentos conmigo. Yo hacía el doble de lo que hacía el resto en el mismo tiempo», relata. Pero a la hora de firmar el contrato le entregaron también dos hojas en las que solo había una línea al final en la que se declaraba su baja voluntaria. «Me negué, ¿cómo voy a firmar mi sentencia de muerte?» De haberlo hecho podrían haberle despedido en cualquier momento sin derecho a paro ni indemnización. «Era humillante, yo solo pedía lo que marca la ley, no más».

Abandono por parte del Estado

Juan José Olmos y Mónica Rodríguez tampoco han tenido suerte en su constante búsqueda de empleo. «No encontramos trabajo y el Estado nos da la espalda», lamenta Mónica en referencia al retraso del Plan Prepara. Este matrimonio de Alicante tiene dos niños y su única fuente de ingreso es lo que ella percibe de esta ayuda. Viven en un piso cuyo alquiler se lleva los 400 euros redondos y, el padre de ella, pensionista, les ayuda como puede. Juan José confiesa que solo encienden la luz por la noche para gastar lo mínimo y aún así les ha llegado un recibo de Iberdrola de 108 euros. «No vamos a poder pagar esta última factura», comenta el padre de familia, que teme que este mes no tendrá ni para alimentar a sus hijos.

El argumento que esgrime el Gobierno para una posible extinción del plan es que no es efectivo. El programa está diseñado para reinsertar a sus beneficiarios en el mercado laboral a través de formación y una mensualidad que les permita mantenerse mientras se capacitan. Al oír esto, José, que lleva cuatro meses en el programa, se sorprende. «Nunca me dijeron nada sobre cursos. No sabía que por eso se llamaba ‘Prepara’.» Mónica afirma que va una vez al mes a unos que «no sirven para nada» y Miguel, que solo le han dicho que debe actualizar el currículum. Y el Ministerio lo sabe, ya que ha reconocido que no hay recursos suficientes para dar de formación especializada.