El desplome en la demanda de vehículos en Europa está llevando a los principales fabricantes del sector a buscar nuevas estrategias que eviten los devastadores efectos ya sufridos en 2008 y que desembocaron en una profunda reestructuración, con cierres de plantas y despidos en todo el Viejo Continente. En España, el negocio sobre ruedas ha perdido cerca de 90.000 empleos desde el inicio de la recesión hasta finales de 2011, según constata un informe de la federación de industria de Comisiones Obreras. El sector (incluidos concesionarios y talleres) cerró el último ejercicio con 417.736 empleados y las fábricas de automóviles han visto disminuido su plantilla en 19.000 personas en el citado período. Sin duda, Europa se está convirtiendo en el talón de Aquiles de las grandes multinacionales,

El presidente y consejero delegado de Ford Motor Company, Alan Mulally, ponía esta semana los puntos sobre las íes al analizar desde Valencia el complicado escenario del negocio del automóvil en un mercado €el del Viejo Continente€ caracterizado por una sobrecapacidad de fabricación (200 fábricas) y el hundimiento de ventas. La firma del óvalo ha perdido 400 millones de euros en su primer trimestre por el lastre de sus operaciones en Europa, «número rojos» que podrían elevarse a 1.000 millones hasta final del ejercicio según las estimaciones de la compañía con cuartel general den Detroit. También GM se encuentra con pérdidas de 400 millones por el impacto de su filial europea Opel.

Fabricantes europeos

La situación no es menos grave para las firmas de capital europeo como el grupo PSA (Peugeot-Citroën) o Fiat, que podrían acabar con más de medio millón de empleos en el continente. De hecho, Fiat hizo pública su intención de suspender inversiones en Italia, ante la caída de la demanda en aquel país, centrando su estrategia en la reducción de costes. Sergio Machionne, consejero delegado del grupo italiano, según informa Bloomberg, advertía recientemente tras la presentación de los resultados del tercer trimestre que tomará la decisión de reestructurar la compañía, lo que puede incluir el cierre de plantas de producción en Europa. Por su parte, Peugeot, segundo fabricante europeo, ha puesto en marcha un programa de ajuste que incluye el despido de 14.000 trabajadores y el cierre de una de sus plantas en Francia. Mientras tanto, Renault busca vías de escape en África, conde proyecta la mayor fábrica de producción del continente (situada en Tánger, al norte de Marruecos), donde tiene previsto invertir en torno a 1.000 millones de euros para producir nuevos modelos.

Con todo, otras firmas no acusan tanto la recesión. BMW consigue sortear la crisis por el tirón de ventas en China y Estados Unidos. A diferencia de otros fabricantes europeos, el gigante alemán crece en ventas este año. También mejoran sus competidoras Mercedes y Audi por el tirón de las exportaciones.

Ford mantiene sus planes en Almussafes

Cuando Bill Ford fichó hace seis años al ingeniero aeronáutico de Boeing para reflotar el imperio automovilístico fundado por su bisabuelo, que entonces acumulaba unas pérdidas de 27.000 millones de dólares, sabía que incorporaba a uno de los mejores ejecutivos de Estados Unidos. Después de un lustro Mulally ha devuelto a la compañía su liderazgo y posición de mercado en todo el mundo, con la apuesta por fabricar modelos de vehículos para todo el mundo, apostar por mercados emergentes, sobre todo del este de Europa y de Asia, así como por inversiones en nuevas tecnologías. Pero ahora el ejecutivo nacido en Texas tiene otro reo por delante. Solucionar el estancamiento de Europa.

Mulally, mostraba esta semana el primer modelo del modelo Kuga fabricado en Almussafes,y destacaba la apuesta de la corporación por la factoría de Valencia tras invertir 1.200 millones para fabricar sus nuevos modelo Kuga y Transit Connect, así como versiones híbridas y eléctricas del C-Max. Almussafes tiene un futuro «brillante», aseguró. Pese a todo, Ford reclama mejores infraestructuras, como el Corredor Mediterráneo. Respecto a la sobrecapacidad de producción de la industria del automóvil en Europa, Mulally afirmó estar de acuerdo con que la demanda real no se corresponde con los 18 millones de coches producidos. Sea como fuere, la compañía no prevé cerrar ninguna de sus fábricas en Europa, aunque sí reducirá la producción en lo que queda de año y en 2013 en sus diferentes plantas.