Tomás Fuertes ha convertido la industria creada por su padre en Alhama de Murcia en un complejo industrial de casi dos kilómetros de longitud. Dirige un grupo empresarial integrado por una veintena de compañías que facturan 1.106 millones y emplean a 5.450 personas. A pesar de la crisis, el emporio familiar creció un 15 % el pasado año. Además de ElPozo y de las marcas de alimentación, el grupo participa en la constructora Sacyr —a través de la cual posee el 1 % de Repsol—, en las autopistas de Alicante-Cartagena y Cartagena-Vera, en el nuevo aeropuerto murciano y en los parques de ocio Terra Natura de Murcia y Benidorm y Terra Mítica. Tanto en el parque temático como en la autopista alicantina, el grupo participó gracias a la mediación de la Generalitat en tiempos de Eduardo Zaplana. Tiene la cadena Vishoteles de Alicante, la petroquímica Aemedsa y la promotora de viviendas Profusa. Ahora se ha asociado con un grupo ruso para producir carne de pavo y por primera vez va a «clonar» su industria cárnica fuera de España.

¿Alguna vez se había planteado ser ministro?

Ni ministro, ni político. Mi partido es la empresa. Tengo vocación empresarial más que política. El que hizo el puzle para ver qué personas podían cubrir cada ministerio a mí me otorgaba la cartera de Industria, porque nuestra empresa ha tenido un desarrollo ejemplar y se han dado cuenta de que incluso en momentos de crisis nuestro proyecto ha salido adelante. Ojalá, cambiando de equipo el problema se pudiera solucionar, pero no solo depende de la gestión nacional, sino también de los problemas europeos. Hay muchas cosas que no cuadran con las exigencias que tiene Europa que son las que tenemos que rectificar.

¿Nunca le tentó la política?

No. En el mundo de la empresa yo no trabajo, me divierto. No me veo en otras actividades.

¿Cuando le dieron en 2011 la Medalla de Oro al Trabajo dijo usted que sobraban políticos y ahora ya se está pensando en adelgazar las instituciones públicas?

Tiene que haber menos políticos, pero deben estar mejor pagados para evitar tentaciones.

¿No ganan lo suficiente?

No. ¿Hay razón para que un presidente del Gobierno gane 80.000 euros? Tienen que tener una dedicación y un esfuerzo, vocación y sensibilidad social. Antes íbamos al servicio militar y nos daban un mosquetón para defender a la patria. Ahora, los políticos que tienen que defenderla lo tienen que hacer no de forma bélica, pero sí poniendo su trabajo, su esfuerzo y su inteligencia para el bien del país. Se ha incrementado demasiado la presencia de altos cargos y de funcionarios. Deberían poner medios informáticos y técnicos para adelgazar la Administración de forma acorde con las necesidades que tenemos, porque todo eso son costes que a veces no se pueden soportar. Se tiene que tecnificar y adelgazar, porque tanto los políticos como los funcionarios deben estar al servicio del pueblo, pero muchas veces vemos una cantidad de gastos excesivos.

Desde su perspectiva empresarial, ¿qué pautas establecería?

Hay que convertir el trabajo en eficiencia. La eficiencia es lo que nos permitirá mantener el nivel de vida que hemos conseguido. El desequilibrio se debe a que hemos gastado más de lo que hemos producido, no más de lo que hemos trabajado. Hay que diferenciar el trabajo de la productividad. Lo que nos falta a los españoles es mentalizarnos todos de que tenemos que ser más productivos. La diferencia que tienen los alemanes sobre los griegos es que estos últimos no tienen el concepto de productividad como los germanos. España, Francia o Italia debemos darnos cuenta de que en una crisis europea, Alemania no la tiene y otros países sí la tenemos, porque hemos llevado un nivel de vida por encima de lo que se ha producido. Ahora, no solo tenemos que quitar el endeudamiento, sino que hay pagar los intereses y debemos hacer un doble esfuerzo para poder nivelar ese desequilibrio.

¿Ese es el secreto del grupo Fuertes, que también tiene parte de su actividad en el ladrillo?

La eficiencia es lo que te diferencia de tu competidor, sea favorable o desfavorable la coyuntura, como ha ocurrido con el ladrillo. Lo que es importante es que la empresa tenga la cultura de ser productiva, que las cosas valgan más de lo que cuestan. En eso tenemos que ponernos las pilas los españoles. No tenemos que ser más trabajadores, tenemos que ser más productivos. Eso depende del empresario y también del trabajador.

¿Como los alemanes?

Tenemos que copiar de los que saben. A los que no funcionan hay que mirarlos, pero para no hacer lo mismo. En nuestro convenio se paga la productividad como parte del salario y eso crea una cultura que educa al empleado y te permite hacer de un inútil una persona útil, pero no para la empresa, sino para la propia persona. Esto es lo que tienen los alemanes, que después de la Segunda Guerra Mundial se mentalizaron en ser productivos. Y los alemanes no viven mal. Viven tan bien como los griegos o mejor, pero no tienen ese desequilibrio.

¿Ve usted perspectivas de salida a la crisis?

Claro. Una vez había dos personas en un pórtico mientras estaba diluviando y uno preguntó al otro si creía que dejaría de llover. La respuesta fue: «Siempre lo ha hecho». No vamos a estar toda la vida con la crisis. Los países que somos menores tenemos que dar la talla mínima que exige la UE.

¿Cómo está capeando ElPozo Alimentación la crisis?

Nosotros tenemos una amplia gama de productos que nos permite ajustarlos a todos los bolsillos. En momentos de crisis, el consumidor puede que se acoja a productos de menor precio, pero tenemos una variedad suficiente para estar en cualquier situación, con crisis o sin crisis.

¿Qué previsiones tienen con la producción de pavo en Rusia?

Hemos creado una sociedad con el grupo Cherkizovo al 50 % para producir carne de pavo como en España, desde la incubadora, cría, engorde, matadero y comercialización de la carne en Rusia. Cherkizovo es el número uno en su país, cotiza en la Bolsa de Moscú y creemos que es un buen compañero de viaje, serio e importante, para desarrollar este proyecto. En Rusia el consumo de pavo es muy bajo, pero es una carne muy apreciada. Como tienen cereales a buen precio, se puede clonar lo que tenemos aquí en España a través de Procavi, donde producimos 60 millones de kilos de carne de pavo al año. En Canadá hemos entrado en una sociedad dedicada al desarrollo de vacunas para los animales.

También ha seguido aumentando su participación en Sacyr hasta el 6,24%. Con este porcentaje podría ser presidente de la constructora.

Estoy en el consejo de administración, pero lo nuestro es el sector agroalimentario. El grupo ha invertido en otros sectores porque tenemos vocación empresarial, pero nuestro núcleo duro está en el sector agroalimentario. No tengo ambición de presidir Sacyr ni de ser político. Hemos ampliado nuestra participación hasta una medida prudente, porque hemos diversificado nuestras inversiones. Y hemos entrado ahí con intención de permanecer, como tenemos una participación en Campofrío. Si nosotros estamos en el sector inmobiliario y ahora hay crisis, no pasa nada estando en el paraguas del grupo. Esa es la ventaja de la diversificación, que permite capear mejor la crisis de los sectores, porque no en todos tiene el mismo calado.