Están seguros mis ahorros en la banca española? Ésta es una pregunta que sin duda se han hecho muchos ahorradores españoles desde que estalló la crisis de Chipre, y la respuesta es fácil: los que tienen menos de 100.000 euros pueden respirar tranquilos y los que tienen más, deben poner a prueba sus dotes de ingeniería financiera.

La coyuntura recientemente vivida en la isla ha hecho saltar las alarmas entre los ahorradores españoles, que temen perder una parte de su dinero en el hipotético caso de que en España se produzca una situación similar, algo que los expertos consideran muy difícil. Para la patronal bancaria española AEB, las entidades españolas merecen «la total confianza de depositantes, clientes e inversores» después de cumplir los estrictos acuerdos suscritos con Europa para recapitalizar el sector, ya que tienen «holgada» liquidez y escasa dependencia del Banco Central Europeo (BCE).

Los pequeños ahorradores tienen motivos para estar tranquilos en caso de que se produjera una quiebra bancaria, ya que en España los depósitos están asegurados hasta 100.000 euros por persona y entidad desde octubre de 2008, cuando el Gobierno elevó la cantidad garantizada desde los 20.000 euros. La duda surge para aquellos que tengan más de 100.000 euros, aunque una solución fácil pasa por repartir sus ahorros en cuentas de diferentes entidades para asegurar al menos esa cantidad por banco en una situación de colapso financiero.

España no es Chipre

En el caso de la isla, son precisamente los grandes ahorradores los que tendrán que soportar las pérdidas a consecuencia del rescate, algo de lo que se han salvado, finalmente, los depositantes con menos de 100.000 euros.

En cualquier caso, España no es Chipre, y así lo han dejado muy claro voces tan autorizadas como la del ministro de Economía, Luis de Guindos, quien dijo hace diez días que en España y en toda la UE, los depósitos bancarios por debajo de 100.000 euros «son sagrados» y están «absolutamente garantizados», o el presidente del BCE, el pasado jueves. Además, en la isla se han dado otras circunstancias que la distancian aún más de España, como el enorme peso de su sector bancario en relación con el pequeño tamaño de su economía (el 70 % del PIB), y el alto porcentaje que alcanzan allí los depósitos en manos de extranjeros (el 40 % del total).

La economía chipriota, cuyo PIB supone apenas el 0,19 % de la zona del euro, se apoya especialmente en su banca, que es cinco veces más grande que la propia economía del país o siete veces si se tiene en cuenta la presencia en Grecia. Por si esto fuera poco, las normas del blanqueo de dinero en la isla son muy laxas, lo que explica en parte la elevada presencia de depósitos de extranjeros, fundamentalmente rusos o de las antiguas repúblicas soviéticas y, en menor medida, británicos. Al final, todo ello ha derivado en unas necesidades de capital del sistema bancario chipriota inasumibles por el país, puesto que representan el 60 % de su PIB, una proporción más de diez veces superior a la que requirió España.

Y aquí es donde conviene destacar que la deuda bancaria de España está muy lejos de alcanzar los niveles que Europa considera insostenibles, ya se han recapitalizado las entidades con problemas y el sector ha saneado sus balances con cuantiosas provisiones, aunque en algunos casos se haya hecho con unas ayudas próximas al 4 % del PIB español.

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó elevar las garantías de los depósitos en octubre de 2008, días después de que así lo decidieran los ministros de Economía y Finanzas de la UE, que consideraron que el máximo garantizado debía ser 50.000 euros. Aún así, la mayoría de los países, entre ellos España, decidió elevar las garantías hasta 100.000 euros y evitar que la banca sufriera «la competencia desleal» de otras entidades del entorno.