«Las empresas huyen de los costes fijos y prefieren externalizar los servicios. Como no saben cuando se va a recuperar la demanda, buscan la flexibilidad», señala Rafael Pardo, responsable de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA). Y esta es la clave de lo que se ahora se denomina «falsos autónomos», una pata más de la precariedad laboral, ya que algunos empresarios optan por dar un paso más allá y también «externalizan la mano de obra», obligando a los trabajadores a los que van a contratar a darse de alta como autónomos para ahorrar costes. Una práctica ilegal en constante aumento y muy difícil de detectar, puesto que se trata de empleados sin opción a elegir, a los que se les pone entre la espada y la pared: o se hacen autónomos para seguir trabajando en su empresa o acaban en el pozo del paro. A estas personas lo último que se les ocurre es acudir a la Inspección de Trabajo a denunciar su situación.

Una pista de lo que puede estar sucediendo se encuentra en las últimas cifras de la evolución de los autónomos facilitados por la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) en base a los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA): el número de trabajadores autónomos que no tienen asalariados en España en el segundo trimestre de 2013 ya es de 2.037.500, lo que significa que se ha producido un crecimiento de 173.800, cuando en el colectivo de los que tienen trabajadores a su cargo durante el mismo periodo se ha reducido en 109.200, al pasar de los 974.400 del primer trimestre de 2011 a 865.200 actuales.

Unas diferencias que aún son más llamativas en el caso de la Comunitat Valenciana, según los datos aportados por la federación de autónomos ATA. Los que tienen trabajadores a su cargo crecieron un 1,9 % entre el primer semestre de 2012 y el de este año „de 101.200 a 103.100„, mientras que los que no tienen empleados aumentaron un 15,8 % „al pasar de 191.800 a 222.200„ en el mismo periodo.

Además, el incremento del colectivo de autónomos sin empleados coincide con la puesta en marcha de la denominada «tarifa plana» a 50 euros implantada por la ministra de Empleo, Fátima Báñez, que ha señalado que desde el mes de marzo se han producido 50.000 nuevas altas en el RETA „el régimen de la Seguridad Social de los autónomos„.

Este notable incremento de altas, según diversas fuentes consultadas, podría tener parte de su origen en los denominados «falsos autónomos». Así lo reconoce Javier Pastor, secretario general de UPTA-UGT en la Comunitat Valenciana. «Claro que se está produciendo un fraude de ley, hay cosas que no cuadran» reconoce Pastor. Se trata de una práctica que se produce sobre todo en sectores como el comercial, el del transporte „donde ha existido siempre„ o en el de la construcción, señala. «El otro día vino una persona contándome que para trabajar como comercial de una empresa le pedían darse de alta como autónomo y me preguntaba '¿qué hago?, necesito el trabajo'. Y al final se ven obligados a acceder; es algo que dificilmente se denuncia», relata Javier Pastor.

El responsable de ATA en la Comunitat Valenciana, Rafael Pardo, precisa, sin embargo, que «no siempre se trata de falsos autónomos como tal, sino dependientes. «Hay empresas que optan por externalizar una parte de sus departamentos o de su producción y se lo dan a estas personas, que trabajan para esa firma de forma independiente. En este caso no existe un fraude de ley», señala. «Nosotros, en la asociación, hemos recibido consultas de todo tipo. En algunos casos se trata de empleados a los que sus compañías les piden que trabajen como independientes, dándose de alta como autónomos. Pero hay requisitos para que esa practica sea legal. La diferencia fundamental es la independencia, tener medios de producción propios. Pero si se trabaja en un espacio de la empresa, con sus medios y un horario, es ilegal».

La asociación de autónomos Uatae, que agrupa a 300 organizaciones en España, ya ha denunciado que las empresas están aprovechando las ayudas a los jóvenes emprendedores para ahorrarse seguros sociales, ofrciendo puestos de trabajo con la exigencia de darse de alta como autónomos pagándoles la cuota de los 50 euros de la Seguridad Social. Estos contratos, según Uatae, son por periodos de seis meses y las empresas aprovechan la necesidad de trabajo para vulnerar los derechos de los trabajadores por cuenta ajena».

Menos derechos y coberturas

La contratación de los llamados falsos autónomos por parte de las empresas conlleva una notable pérdida de garantías sociales y laborales para los trabajadores que entran a formar parte de este «juego» de los patronos, que en definitiva, es un fraude de ley, ya que se trabaja bajo las órdenes de una misma empresa, se cumple un horario e incluso se ocupan las mismas instalaciones. Las compañías les obligan a darse de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) a cambio de un contrato civil o mercantil de prestación de servicios. Pero el trabajador debe saber que este tipo de contrato supone la pérdida de determinados derechos, como el de indemnización en caso de despido, o la cobertura del paro, cuya duración resulta inferior a la del asalariado. Lo mismo ocurre con las bajas por incapacidad temporal. emv valencia