Solo cinco firmas vendedoras de energía solar permanecen en un espacio creado para 170 en un gran complejo de oficinas de tres pisos en las afueras de la ciudad de Xinyu, en el sudeste de China. Puertas cerradas y oficinas vacías es todo lo que queda del ambicioso plan del gobierno de dominar la industria solar global. Lo que pasó en Xinyu ha tenido su réplica en toda China, que usó subsidios y 47.500 millones de dólares de crédito para ganarle la supremacía a Alemania, Japón y los Estados Unidos, lo que llevó al sector a pérdidas durante por lo menos dos años. Sin duda muchas compañías zombies más pequeñas van a seguir cayendo una a una», dijo Angelo Zino, un analista de S&P Capital IQ en Nueva York. «Sobrevivirán entre diez y doce empresas aquí cuando todo termine. Las firmas restantes terminarán en quiebra o se consolidarán».

El apoyo gubernamental creó gigantes como LDK Solar Co. y Suntech Power Holdings Co. y los hizo dependientes de la ayuda financiera de las autoridades locales. Mientras el precio de los productos se recupera, esas compañías continúan agobiadas por deudas y el exceso de capacidad, lo que convierte en inalcanzable el objetivo de obtener ganancias. El respaldo de China a la industria solar ha dejado por lo menos una fábrica que produce productos fotovoltaicos en la mitad de las 600 ciudades del país, según la Sociedad de Energía Renovable de China en Pekín. A pesar de que en los últimos seis meses se ha producido algún aumento, los precios de los paneles continúan estando un 60 % por debajo del precio de noviembre de 2010, lo que ha llevado a la quiebra a decenas de esas compañías, entre ellas la mayor división de Suntech, que alguna vez fue la mayor productora del sector.

Ciudad fantasma

El mercado, conocido como Silicon Xinyu, fue la primera feria permanente de su tipo en el país cuando se inauguró el año pasado. En la actualidad es una ciudad fantasma que revela la promesa frustrada tras de la inversión de China en la creación de su industria solar. «La situación del sector no es buena», dijo Ou Xiaoliang, el responsable operativo de 23 años de Money Leopard New Energy, una compañía que desarrolla proyectos solares en la zona rural de China y una de las escasa firmas que quedan en el complejo. «Volvieron a su sede central porque aquí no había ganancias».

LDK y Suntech están en la primera línea de las compañías solares chinas que prosperaron con apoyo estatal y vendieron acciones a inversores en Nueva York en la última década. La industria solar china aporta ahora siete de cada 10 paneles solares que se producen en el mundo y ocho de las principales 10 fabricantes de paneles. Todo eso derivó en un exceso de capacidad. Si trabajaran a pleno rendimiento, las fábricas de China podrían producir 49 gigavatios de paneles solares por año, diez veces más que en 2008 y un 61 % más que los instalados en todo el mundo el año pasado. Un gigavatio representa lo que puede proporcionar un reactor nuclear nuevo.

La participación de China en la industria aumentó en 2004, cuando sus proveedores comenzaron a aumentar la capacidad para satisfacer la demanda creada por los incentivos para proyectos de energía solar en Alemania, según explica Jenny Chase, analista de la industria de Bloomberg New Energy Finance.

Las ventas se dispararon en Europa y los estados de Nueva Jersey a California por incentivos que se ofrecen para las energías renovables . Los precios de la células solares se redujeron, lo que hizo aún más rentable la evolución . Instalaciones solares del planeta alcanzaron un récord de 30,5 gigavatios el año pasado, más de 10 veces la de 2007, según BNEF con sede en Londres.

Cientos de fabricantes surgieron incluyendo Suntech y LDK. Construyeron grandes y más automatizado fábricas, apretando los precios a la baja e hiriendo a Sharp Corp. de Japón, Q -Cells de Alemania y Solyndra LLC de California. Los dos últimos entraron en quiebra , junto con al menos otras 30 empresas.

Los precios se desplomaron debido a un exceso de oferta. El costo de una célula solar es de unos 41 centavos de dólar por vatio hoy, frente a los 1,46 dólares en 2010 y cerca de tres dólares en 2004 cuando Alemania comenzó a ofrecer sus incentivos, según datos BNEF. Incluso las empresas chinas sufrieron.

Después de años de exceso de construcción, los 10 principales fabricantes de energía solar de China tienen 28.000 millones dólares en sus pasivos. La mayoría de la deuda fue contraída con las instituciones apoyadas por el gobierno , de acuerdo con BNEF. «El gobierno chino ha estado presionando para consolidar sólo 10 o 20 grandes jugadores internacionales», dijo Chase.

Sólo ahora están empezando a mejorar las perspectativas. JinkoSolar Holding Co. registró su primera ganancia en casi dos años en el segundo trimestre , y la LDK espera volver a beneficios este año. Yingli Green Energy Holding Co., que se convirtió en el mayor fabricante de paneles solares del mundo después de Suntech se metió en problemas, y ha ido reduciendo sus pérdidas.

Bruselas frena las compras asiáticas

Los empresarios europeos del sector de la energía solar vienen reclamando a Bruselas que no sucumba al «chantaje» de China y que imponga de manera «urgente» sanciones comerciales a las importaciones de paneles solares procedentes del país asiático. Con todo, la Comisión Europea ya ha aprobado imponer un recargo medio temporal del 47% (los aranceles oscilarán entre el 37 % y el 68 %) a las importaciones de paneles solares procedentes de China, que previsiblemente entrará en vigor el 5 de junio. Sin embargo, las autoridades chinas están presionando para frenar esta medida.

Desde 2010, la industria solar europea „incluida la española, donde se han frenado inversiones millonarios y el sector se ha visto seriamente perjudicado„ ha registrado enormes pérdidas y ha tenido que cerrar más de 60 fábricas debido a las importaciones de paneles chinos, según los datos de la asociación EU ProSun, que cifra las subvenciones de Pekín a su industria en 200.000 millones de euros. Por otro lado, la Alianza para la Energía Solar Asequible (AFASE), otra asociación europea integrada por más de 450 empresas, teme, sin embargo, que la imposición de aranceles causen un daño irreversible a la cadena de valor fotovoltaica ante la «batalla comercial». emv valencia