¿Comparte el optimismo de organismos institucionales como el FMI o del propio Gobierno de España sobre la recuperación de la economía?

En condiciones normales, si no pasa nada en el exterior, España va a crecer más de lo que dicen algunos organismos oficiales. Nos va a sorprender el crecimiento porque la crisis en la economía real ha tocado fondo. Empresarios y trabajadores han cambiado de mentalidad. Dentro de unos meses estaremos en un discurso distinto al de ahora si superamos el problema de la deuda. Ahora bien, no debemos adormecernos. Este crecimiento mundial está basado en incentivos monetarios que han propiciado la Fed [Reserva Federal de Estados Unidos], bancos europeos y Japón, con una grandísima oferta monetaria que se ha puesto en marcha.

¿Y qué pasará sobre la economía productiva?

Soy optimista en cuanto a la recuperación de la economía productiva si hay estabilidad financiera mundial, como parece que habrá, aunque algunos analistas discrepan. Comercio e industria están tirando del carro de las exportaciones. Ahora bien, las empresas que se constituyan a partir de ahora deberán tener tres características fundamentales. La primera es que tendrán que dirigirse al mercado, no a las administraciones públicas, con bienes y servicios que sean competitivos también en precios. En segundo lugar, deberán tener un visión global desde el inicio porque el mercado doméstico se queda pequeño. Además, tendrán que ir cabalgando más sobre las nuevas tecnologías en sus diferentes áreas de gestión.

El paro se ha reducido en 2013, aunque se sigue destruyendo mucho empleo en España, según la última EPA.

En 2014 habrá empleo neto en España como ya lo ha habido en algunas autonomías como la valenciana. No será nada expectacular pero veremos cómo la mayor confianza exterior y las reformas tendrán sus efectos positivos.

La reforma laboral del Gobierno de Rajoy cumple dos años ¿Piensa que ha sido positiva para generar ocupación?

Lo más importante es que cambia la cultura de empresas y trabajadores, pues ahora negocian más. Antes, con la ultraactividad [el mantenimiento los convenios colectivos tras su denuncia y hasta que se logra firmar otro que lo sustituya,] había una rigidez brutal y podían prolongarse los convenios colectivos mucho tiempo. La filosofía de la reforma es más flexibilidad, movilidad y negociación. Por tanto, no es una reforma que se plantea para abaratar el despido, tal como como se ha vendido desde algunos sectores.

Bueno, pero hay más precariedad laboral. Hay gente cobrando salarios de 600 euros con jornadas de hasta doce horas diarias.

Sí, hay más precariedad. Existe un empobrecimiento de la sociedad, que ha afectado a asalariados, autónomos y empresas. Es una realidad. Yo tampoco quiero para mi país un futuro con salarios de miseria ni competir vía costes salariales. Quiero un país con salarios dignos , pero que aporten valor. Que mejore la productividad. Alemania y Finlandia tienen el doble o el triple de salarios aunque también la productividad es mayor.

El contrato único, ¿es la solución?

Es una opción, pero no la única. Por naturaleza hay contratos eventuales, como los del sector hostelero, que no puede contratar fijos. En mi opinión, para romper la dualidad entre contratos fijos y eventuales hay que apostar por la flexibilidad y situarnos en unas indemnizaciones medias europeas. Somos de los países europeos con costes por despido más elevados. Debemos tender hacia los modelos europeos como los alemanes, suecos u holandeses, donde hay más flexibilidad en el mercado laboral. Y cambiar rigideces, ir como en la Unión Europea, subir salarios y despidos baratos.

Con la oleada de recortes, ¿peligra el Estado de Bienestar?

Si se ven las partidas de los Presupuestos Generales, casi todas las partidas, excepto las de inversiones, aumentan. El Estado gasta más dinero cada año, no gasta menos. Sin embargo ha sido brutal la subida de impuestos como el IRPF, el IVA o las cotizaciones sociales. Y hay más empleo público ahora que a principios de la crisis.

La subida de cotizaciones sociales supone un importante revés para el conjunto de las empresas españolas, especialmente para aquellas cuyo principal activo son los empleados cualificados, como las consultoras por ejemplo.

Las cotizaciones ahogan. El Gobierno ha cometido un gran error con la reforma laboral. Es un impuesto al empleo que pagan básicamente la empresas y también los trabajadores, con lo que es una merma de renta. Si subes los costes se produce una situación difícil de soportar. Las cotizaciones sociales de España son las terceras o cuartas más altas de Europa. Tendríamos que estar en la media europea.

¿Qué piensa de casos de corrupción que azotan la vida política como Gürtel, Bárcenas o los ERE de Andalucía?

Son un problema gravísimo. Hay que abordarlos con soluciones ejemplares para que no vuelvan a ocurrir. La política ha entrado en un descrédito debido a la corrupción de partidos e instituciones. Me da la impresión que la relación entre trabajadores y empresarios funciona mejor que el sistema institucional.

¿Han olvidado los políticos gestionar el bien común?

El político está, en principio, por la defensa del bien común aunque tiene que luchar contra el sistema de la partitocracia, el parlamentario o todo ese entramado anclado en el pasado, en el antiguo régimen, que requiere reformas aunque no se hacen. No soy catastrofista ni generalista, ya que también considero que hay gente buena en política. Ha cambiado la vida privada, de los trabajadores y de los empresarios y da la impresión que en la esfera política sigue todo igual que antes.

¿Volverá a la política?

No. Lo descarto por completo.