Más que cualquier exportación tradicional. La venta de viviendas a ciudadanos extranjeros movió más de 7.118 millones de euros en la Comunitat Valenciana entre 2010 y 2013, de acuerdo con los datos que ayer hizo públicos el Ministerio de Fomento y que revelan hasta qué punto la demanda internacional está contribuyendo a evacuar los excesos de la burbuja inmobiliaria . Los ciudadanos de otros países acaparan ya cerca de la mitad de todas las operaciones inmobiliarias, especialmente en la provincia de Alicante y sólo gracias a ellos el mercado resistió el año pasado relativamente bien frente al hundimiento que experimentó en el conjunto de España.

En concreto, según Fomento, el año pasado se vendieron 47.901 viviendas en la Comunitat Valenciana, lo que supuso un descenso del 10,3 % frente al 17,4% del resto del país, aunque en esta caída influyó el hecho de que muchos ciudadanos adelantaron sus compras al último trimestre de 2012 para evitar la subida del IVA, lo que distorsiona algo la comparativa con 2013. No obstante, la evolución fue muy distinta si se mira la nacionalidad de los compradores: mientras la demanda nacional continuó reduciéndose alrededor de un 14 %; las adquisiciones por parte de extranjeros subieron casi en la misma proporción, hasta alcanzar las 18.073, cuando en 2012 fueron 15.573.

Alicante se sitúa a la cabeza como la provincia con más compraventas de inmuebles de extranjeros, a mucha distancia del resto, con el 27,5% de todas las que se registraron en España. En términos monetarios, el valor de las transacciones de inmuebles con extranjeros alcanzó los 7.118 de la Comunitat Valenciana, según Fomento, lo que supuso 2.500 millones más que en el ejercicio anterior. Todo un revulsivo para la maltrecha economía de la zona, donde sólo la exportación y el turismo están logrando cifras positivas.

En cuanto a la procedencia concreta de estos compradores, los ingleses continuaron siendo los más numerosos, con 2.483 operaciones durante el año pasado, un 8% más, según los datos del Colegio Notarial de Valencia, la única fuente que ofrece este nivel de desglose. Del total, la mayor parte del pastel se encuentra en la provincia de Alicante, que sumaría alrededor del 90% de las transacciones con extranjeros, según su vicedecano, Delfín Martínez. Les siguen muy de cerca los rusos, con 2.204 viviendas adquiridas en el último año, lo que les afianza como el segundo mercado en importancia para el sector inmobiliario de la provincia. Sólo entre estas dos nacionalidades suman más de una cuarta parte de todas las compraventas de casas de extranjeros formalizadas en la zona durante el pasado ejercicio.

Por otro lado, del total de viviendas vendidas a extranjeros en la Comunitat Valenciana el año pasado, un 13,6% estaba ubicada en alguna de las tres capitales de provincia, otro 39,8% en municipios turísticos de la costa y el restante 46,6% en poblaciones del interior, «detrás de la autovía», en palabras del vicedecano del Colegio Notarial de Valencia. Según Martínez, esto se debe a que los extranjeros valoran el tener «un chalet o una casa de pueblo» por encima de estar en primera línea.

La clientela se diversifica

No obstante, en los datos del año pasado también llama la atención la recuperación de otros antiguos mercados tradicionales, que habían caído con el estallido de la burbuja inmobiliaria y que ahora regresan con fuerza. Sería el caso de los ciudadanos franceses, que incrementaron sus compras un 41,44% hasta sumar 1.727 viviendas adquiridas, de los belgas (1.520 operaciones, un 24% más), los suecos (1.404, un 43,4% más), los alemanes (846, un 20,6% más) o los finlandeses (231, un 43,4% más). Tan sólo descendió la venta de casa a noruegos y lo hizo apenas un 0,41%, según las citadas fuentes.

El vicedecano de los notarios destaca que las razones de este auge, centrado sobre todo en Alicante, se encuentran en las importantes conexiones internacionales aeroportuarias, que facilitan los traslados, las infraestructuras sanitarias, la reducción de la burocracia gracias a la colaboración entre administraciones y, sobre todo, al importante descenso que acumulan los precios, lo que convierte a la Comunitat Valenciana en un destino «muy competitivo en comparación con lo que están acostumbrados en sus países», explica Delfín Martínez. Así, no es de extrañar que la inversión media realizada por los extranjeros a la hora de comprar un vivienda sea de 109.434 euros, un 33% superior al desembolso que realizan los nacionales, de 81.989 euros.

Argelinos

Mención aparte merece el caso de los argelinos, que han pasado de adquirir 139 viviendas en Alicante en 2010, a 1.436 el año pasado. Frente al resto de extranjeros, estos compradores buscan viviendas baratas en barrios asequibles, como los de la zona norte de Alicante, donde realizaron la mitad de sus adquisiciones. Suelen ser profesionales liberales -abogados, médicos- que buscan estatus y la posibilidad de tener un lugar al que acudir si aumenta la inestabilidad en su país.