Compromís per Sagunt ha denunciado que una fuerte explosión en la cantera de Lafarge dañó una vivienda habitada en el camino de Bonilles. Según el partido, la propietaria ha presentado una denuncia en los juzgados de Sagunt debido a los daños materiales y los perjuicios personales que ha sufrido.
Los hechos ocurrieron hace poco menos de un mes a media mañana, cuando la explosión, según la versión de la afectada, hizo temblar la vivienda durante 10 segundos, lo que originó un estado de nerviosismo y ansiedad. Entre los desperfectos provocados se encuentran la caída de la talla de la cocina, grietas en varios puntos de la vivienda, el desprendimiento de parte del techo del paellero y movimiento de tejas.
Según añade Compromís, este incidente no es aislado, ya que las explosiones se producen una o dos veces al mes y el deterioro de su vivienda cada vez es mayor. Los nacionalistas han recordado que la zona está catalogada como urbana y la ocupan tanto primeras como segundas residencias.
En la última comisión de Urbanismo y después de que la afectada presentara un escrito en el ayuntamiento, los representantes de Compromís preguntaron al gobierno municipal por estos hechos, pero «sorprendentemente, contestaron que no tenían constancia». Según el portavoz Quico Fernández «es evidente la necesidad de controlar la actividad de Lafarge. Sabemos que el PP y otros partidos juegan a favor de la empresa, pero no vamos a tolerar que nuestros ciudadanos tengan que soportar amenazas a su seguridad y a su patrimonio. Por mucho poder que tenga esta multinacional —prosigue el nacionalista—o por muchas voluntades que consiga a través de subvenciones, un ayuntamiento debe priorizar a las personas».
«Desde 2009 sin quejas»
El director de la fábrica de Lafarge en Sagunt, Miguel Angel Urbano, aseguró ayer a preguntas de Levante-EMV que la factoría no tenía noticia de estos hechos y que llevaba desde 2009 sin recibir quejas vecinales. Ahora, resaltó «la disposición» que la empresa «ha mantenido siempre» para «atender a todas personas que se puedan ver afectadas»; una oferta que hizo extensiva a la mujer de Bonilles que, según Compromís, sufrió los daños el pasado día 5 de marzo. Urbano destacó además que la empresa cumple «de forma escrupulosa la Ley de Minas» y todas sus voladuras son controladas por una empresa externa, además de informadas a la Guardia Civil; un último cuerpo que, según Urbano, «las inspecciona de forma aleatoria para comprobar que todo está bien». Asimismo aseguró que Lafarge «intenta reducir al máximo los límites de cargas en las zonas cercanas a casetas» y que tanto la cantidad de explosivo como el modo de hacer la voladura varía en función de la cercanía a zonas habitadas».
