Tras años de lucha por preservar uno de los edificios históricos de la Vall de Segó, el consistorio de Benifairó avanza en su conservación. Las obras de consolidación de las cubiertas del Palau Vives i Canyamàs de esta localidad son ya una realidad. La intervención supondrá una mejora notable del edificio puesto que se prevé reforzar y completar sus cubiertas así como los muros de sustento del edificio que durante centenares de años han desafiado el paso del tiempo.
La Diputación de Valencia concedió al Ayuntamiento de Benifairó una dotación de 100.000 euros para comenzar las labores de recuperación de este emblemático edificio. Se trata del mayor legado de arquitectura de estilo genovés de la Comunitat Valenciana. Una de las cuatro torres que tuvo el Palau sigue en pie, muestra del imponente perfil que en su día tuvo el Palau. La Casa Palaciega albergó al que en su día fue embajador de Felipe III en Génova, Joan Lluís Vives y Cañamas; tras una larga labor el Ayuntamiento de Benifairó ha logrado iniciar las labores de recuperación de uno de los máximos exponentes de este estilo que se conservan en España.
En la actualidad, la cubierta de la única de las cuatro torres que quedan del edificio del siglo XVII presenta daños graves y el ayuntamiento, actual titular del edificio, no cuenta con los fondos necesarios para su rehabilitación.
Tras la obtención de la dotación por parte del ente supramunicipal provincial, el Ayuntamiento de Benifairó sacó a concurso la intervención y ha adjudicado la obra a la empresa Caballero Pérez; una experimentada firma que se dedica a la restauración y recuperación de monumentos. «Hemos iniciado las labores de limpieza y la instalación del andamiaje. También se están desarrollando ya las catas arqueológicas que son las que nos permitirán continuar adelante con la intervención. La consolidación del edificio es clave para su posterior conservación y su posterior proyección como uno de los edificios de mayor valor histórico de la localidad», según el alcalde, Toni Sanfrancisco.
Catas
Las catas arqueológicas se localizan en el interior del Palau esencialmente, y en la zona donde quedaba ubicada la cisterna; un paso que podría ser trascendental para que el edificio además de ser Bien de Relevancia Local pudiera llegar a ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC).
La empresa que ha logrado la adjudicación de la obra ha afirmado que cumplirá los plazos establecidos para la intervención. Se trata de cuatro meses en los que deberán consolidar y reforzar las cubiertas y los muros de la torre del Palau. El arquitecto director de la obra, Jaime Sirera Bellés, realizó un estudio del Palau en 2007 y será ahora el encargado de velar por la ejecución de esta primera fase.
