El impago durante más de dos semanas de 1.665 euros correspondientes a la ocupación durante tres noches por parte del MBC Fest de nueve habitaciones en el hotel Austria del Port de Sagunt se resolvió ayer con final feliz, después de provocar la denuncia del propietario del establecimiento y la amenaza de los organizadores del festival de recurrir también a la Justicia por la «campaña de desprestigio».
Y es que en la tarde de ayer se hizo efectivo el abono. Antes de eso, como explicaba a Levante-EMV el dueño del hotel, José Ripoll, «soportó» varios días de «excusas de mal pagador» que se remontan a antes de la celebración del festival, cuando «me dijeron que me mandarían una tarjeta donde cargar el gasto, pero nunca llegó y, cuando después intenté contactar con ellos, no pude por correo ni por el teléfono. Estaban desaparecidos». Estos problemas llevaron al propietario a presentar la denuncia en la comisaría de la Policía Nacional por lo que creía una «estafa», una acción que formalmente no se dirigía contra el MBC Fest sino a los nueve huéspedes que se registraron. A este respecto, Ripoll lamenta que «tenga que denunciar a estas personas que, por lo que yo entiendo, ya habían pagado al festival y en el hotel no causaron problemas».
Después de poder hablar por fin a finales de la semana pasada con el director del evento, Juan Carlos Vidal, el dueño del hotel Austria 76 señala que «me dijo que pagaría ese mismo día, pero nada», así que ayer mismo volvió a la comisaría para declarar y ratificar su denuncia; unas horas antes de que se procediese al abono de esos 1.665 euros.
Desde el festival, mientras, su director reconocía ayer a este rotativo que «con el ajetreo, hubo una tarjeta de pago que no llegó a su sitio. Luego, la responsable de alojamientos se cogió unos días de asuntos propios y nos encontramos con la sorpresa de esta denuncia». Vidal insiste en que «hemos trabajado con 150 empresas durante el MBC Fest y éste es el único problema que hemos tenido. Creo que el principal motivo es que este señor la ha tomado con el festival y quiere hacernos daño».
Ripoll, sin embargo y pese al final feliz, considera que «los únicos que se han desprestigiado son ellos mismos», decía en referencia a los organizadores.
