Esquerra Unida ha hecho pública su postura contraria a los cambios del PGOU propuestos por Lafarge para abrir una nueva cantera en Sagunt sobre una superficie próxima a los 2,6 millones de metros cuadrados. Su portavoz municipal, Fernando López-Egea, no sólo ha atacado a la multinacional por«pensar que los ciudadanos somos idiotas», si no que ha exigido al ayuntamiento y más concretamente al PP, PSPV e IP, que previsiblemente darán luz verde a la propuesta en el próximo pleno, que «dejen de ser cómplices y sumisos» a los intereses de la empresa.
En un comunicado emitido ayer, EU denunció también que «canta por soleares» que la petición de Lafarge tuviera entrada el 17 de abril en el ayuntamiento y que populares, socialistas y segregacionistas «avalen seis días después otra barbaridad de Lafarge a puertas de unas elecciones». Además de señalar que la actividad de la cementera «se está convirtiendo en un problema muy serio», López-Egea denuncia que la multinacional es «una trituradora de nuestro territorio», así que lanza «dudas y sospechas» sobre las razones que llevan a estas fuerzas políticas a «correr como gacelas para apoyar a esta empresa».
Las «actuaciones depredadoras», el «expolio de los recursos naturales del municipio» o la «incineración de gran variedad de residuos con los consiguientes efectos nocivos para la salud» son algunos aspectos de la «trayectoria» de Lafarge, según la cual Fernando López-Egea no entiende al posicionamiento municipal.
Otro de los aspectos censurables desde EU dentro de los planes de la cementera es que la nueva cantera frenaría la protección como paisajes de relevancia local que podría recibir esta zona de las montañas de Hostalera, Fontanelles y Capellades por la tramitación que se sigue del Plan de Acción Territorial de Infraestructuras Verde y Paisaje de la Comunitat Valenciana.
«Cinismo más incisivo»
Por si todo este fuera poco, el portavoz de la coalición de izquierdas en Sagunt lamenta la utilización del «cinismo más incisivo» en el dictamen municipal, donde se recoge, según López-Egea, que «la actividad extractiva no va a tener efectos significativos sobre el medio ambiente y el territorio, cuando hablamos de 258,58 hectáreas».
