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Las fiestas de el puerto

Las fiestas patronales han concluido, si bien aún están en marcha las del Barrio Obrero. Sin ninguna duda, las fiestas porteñas han estado en las redes sociales muy presentes, gracias a la polémica suscitada con la no autorización de la suelta de patos. La lucha entre los que se llaman animalistas y los que dicen ser defensores de la tradición ha generado debates que podrían ilustrar varios tomos llenos de insultos y faltas de respeto.

Estoy seguro que esto no es lo que queremos la mayoría. Normalmente en cualquier pueblo de los de nuestro entorno, las fiestas patronales son el nexo de unión entre sus habitantes, que dejan a un lado sus diferencias para pasarlo bien, en torno a una fecha señalada como el día grande de sus localidades. Sin embargo, aquí en El Puerto, han conseguido que se produzca una ruptura en la sociedad. Hay dos posiciones que no ceden ni un milímetro y así vamos mal.

No se puede negar la afluencia masiva de ciudadanos a los actos taurinos. Pero también es cierto, que cada vez se escuchan más voces en contra de los toros, o del exceso de este tipo de eventos en las fiestas patronales. Se pide por parte de la ciudadanía, una mayor diversificación en los actos, con la entrada de teatro, música, cine, conciertos. Por otro lado, es cierto que falta un mayor ambiente festivo fuera del recinto ferial y la vida sigue en otros lugares como si nada estuviera pasando.

Por otro lado, ha habido noches con un exceso de toros, hecho que incluso es reconocido por una amplia representación del colectivo de peñas. En el recinto conviven más de 2.000 peñistas, cuyo punto de reunión es el cadafal durante los días de fiesta. Estoy convencido de que con buena voluntad todo esto se puede mantener, con días de toros alternos que permitan la permanencia del recinto ferial durante las dos semanas actuales.

He oído por los círculos políticos que se está hablando de celebrar una semana de toros y otra con otro tipo de festejos. Quizá sea posible mantener el recinto ferial durante las dos semanas actuales, distanciando los actos taurinos entre sí, y dejando a las peñas que le den contenido a los días en los que no se celebren este tipo de actos. Por ejemplo, este año se han celebrado conciertos con grupos locales que me ha parecido una iniciativa muy interesante, o la cabalgata que para ser la primera de esta magnitud, no estuvo nada mal.

Sin duda, una de las mejores iniciativas de este año ha sido el Green Box Festival. En este espacio, hemos visto multitud de grupos locales para los que, en algunos casos, era la oportunidad de tocar con un equipo de sonido adecuado. He pasado tres o cuatro veces por este lugar, curioseando, viendo como preparaban el concierto de la noche o escuchando a algunos de ese montón de artistas que tiene nuestro pueblo. De verdad, un grandísimo acierto que estoy seguro que sirve de semilla para futuras ediciones. Me consta que hay personas que se han esforzado para que todo salga lo mejor posible. No os conozco personalmente, pero de verdad enhorabuena.

Está claro que los conciertos y otros actos son algunas de las grandes demandas de nuestros jóvenes y no tan jóvenes. La prueba es que los conciertos celebrados tanto el año pasado con Loquillo, como este, con La Guardia y La Frontera, han contado con una gran asistencia.

Otro clásico, son las actuaciones de la Unión Musical Porteña o las casas regionales que siempre atraen a un nutrido grupo de incondicionales. El espectáculo de variedades también contó con muchísimo público. En cuanto a las orquestas, creo que se debería buscar una ubicación más adecuada. Por último, el castillo de fuegos artificiales se dispara en el recinto ferial y, al menos es mi opinión, habría que buscar que este fin de fiestas se pueda ubicar en la mismísima playa.

No podemos permitir que por un tema como la suelta de patos, algunos consigan dividir a nuestro pueblo. Está claro que se puede opinar de manera diferente, pero no podemos caer en la manipulación mediática y dejar que al final quien ha provocado esta situación se salga con la suya. Esto no es un todo o nada, siempre hay un punto intermedio para llegar a un final común. El respeto es la base de cualquier acuerdo en una negociación. Y en este caso, hay que mediar una solución para evitar esta desagradable sensación en años venideros.

Otro de los galardonados en este resumen, debería ser sin ninguna duda la Asociación Cultural Barrio Obrero, que llena de color sus calles y sobretodo de una multitud de jóvenes, que demuestran un creciente interés en este evento que cada año sale adelante con matricula de honor.

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