Un policía local de Sagunt estuvo a punto de ser atropellado durante la madrugada de ayer después de que un vehículo todoterreno,se saltara un control de tráfico y arremetiera contra el agente que le había dado el alto.
Por suerte, éste pudo saltar a tiempo y lo único que resultó dañada fue su linterna, debido al impacto del coche, un BMV X5 de color gris claro.
Desde ese momento, las dos patrullas que participaban en el control salieron en busca del vehículo, una siguiéndole de cerca y otra esperándole en un punto próximo.
Finalmente, el vehículo llegó hasta ese último lugar y desde allí se inició una persecución donde los ocupantes del todoterreno no dudaron en abrir varias bengalas o botes de humo para intentar dificultar la visibilidad de los agentes.
Para ello, el ocupante del asiento trasero derecho del BMW los sacaba por la ventanilla hasta que se consumían.
Aún así, los policías pudieron seguirle la pista durante varios kilómetros, si bien finalmente lo perdieron a la altura de Puçol, cuando el coche todoterreno aceleró a fondo y fue imposible darle alcance pues, aunque avisaron a las fuerzas de seguridad de otras poblaciones, ya no hubo forma de localizarle.
Con todo lo ocurrido, la policía no tiene duda de que el coche en cuestión estaba siendo utilizado para alguna actividad delictiva y por ello su conductor arremetió contra el agente y, luego, empezó a tirar humo para intentar despistar a los policías. Precisamente, el hecho de que los ocupantes del coche fueran provistos de bengalas de humo llamó mucho la atención, al ser un material similar al usado antiguamente para disolver manifestaciones pero que luego se dejó de utilizar.
