El Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión entre la Unión Europea y Estados Unidos volvió a ser tema de debate en el pleno de Sagunt, que reiteró su rechazo a este acuerdo después de la renuncia de EU a incluir la referencia a la insumisión y el apoyo del tripartito junto al PSPV.
Roser Maestro fue la encargada de defender la postura contraria a este tratado, cuya negociación se está realización con un «intolerable déficit de transparencia y control por parte de la ciudadanía y sus representantes políticos». Aunque desde el PP, que fue el único que votó en contra de la propuesta, se insistió en que el pleno no era el foro para tratar este asunto, Maestro aseguró que el acuerdo «limita la capacidad de la administración municipal para adoptar políticas en las áreas de salud pública, medio ambiente o protección social y laboral por temor a las posibles indemnizaciones a las que tendrían que hacer frente».
Según esta teoría, cualquier iniciativa reglamentaria, como las ordenanzas reguladoras de los polígonos industriales, «podrían cuestionarse, debiendo pasar un filtro coste-beneficio y una evaluación de impacto comercial para poder aprobarse, lo que en la práctica llevaría a su bloqueo en la mayoría de los casos. Además, las posibles remunicipalizaciones de servicios privatizados por gobiernos anteriores devendrían prácticamente imposibles».
La exresponsable de Comercio, Concha Peláez, censuró que fuera la «quinta vez» que se llevaba este asunto a pleno y destacó las oportunidades que abre este tratado de libre comercio.
