El debate Memoria, patrimonio y agitación social fue el punto de partida a las jornadas sobre patrimonio industrial que abordarán durante las próximas semanas en Port de Sagunt la transformación del patrimonio y su recuperación con propuestas de reactivación social. Una charla-coloquio que abordó en el Casal Jove uno de los asuntos enquistados en el municipio durante las últimas décadas: la recuperación de la antigua Gerencia de Altos Hornos.
El crítico de arte y escritor Albert Forment resaltó la idoneidad de reconvertir los espacios industriales en desuso como contenedores culturales y emblemas de la ciudad, como ha sucedido con el Horno Alto, «al igual que sucedió en París con la Torre Eiffel, que estaba destinada a desaparecer en unos meses» y se ha convertido en su símbolo. «El proceso de reconstrucción pública de la Gerencia no está concluido, a diferencia de los procesos que han ocurrido en toda Europa y que forman parte de las sociedades postindustriales». El máximo exponente del «fracaso» en la recuperación del patrimonio industrial porteño ha sido, en palabras de Forment, «la desaparecida escuela de aprendices, que ahora es un descampado».
Por su parte, el sociólogo Julio Bodi remarcó la necesidad de reconvertir el patrimonio industrial dándole especial importancia al elemento humano. «El cierre de la siderúrgica tuvo en la población un efecto rechazo hacia todo lo que recordara a la fábrica, pero la comisión Progerencia revirtió esa situación porque tuvo la virtud de no limitarse al culto a la máquina o a la arquitectura, sino en poner en valor el elemento antrópico, a los trabajadores», decía mostrando algunos de los carteles con los que el colectivo que defendió una Gerencia pública ha realizado en sus 20 años, que se exhiben en el Casal Jove en una exposición titulada Gerencia Pública Ya, Making of.
El éxito de la plataforma ha sido, según Bodi, que se han dado «las claves para activar a la ciudadanía por el patrimonio al crear adhesión social». El nuevo uso del espacio industrial, indicaba, debe reflejar lo que quiere la población, «por eso interesa mucho este debate».
«Tras 25 años, aún hay personas en el ayuntamiento que representan al Puerto y que no tienen claro qué hay que hacer con la Gerencia, pero la ciudadanía lo tiene muy claro y el apoyo de los vecinos es crucial», indicaba un asistente en un acto al que no faltó el alcalde, Quico Fernández, y el edil de Cultura, entre otros. «Es esencial el valor de las personas y que trascienda su esfuerzo, no basta con explicar cómo se fabricaban los lingotes de hierro», explicaba otro. Este debate, organizado por la Asociación de Patrimonio Industrial Valenciano (Apiva) y la Asociación Memoria Industrial y Movimiento Obrero (Amimo) seguirá el 24 de octubre con una visita a la Gerencia y debates con arquitectos y sociólogos.
