Nueve semanas y cinco plenos después, el tripartito de Sagunt dio la primera muestra de división, al menos de forma pública. Fue en la sesión ordinaria de esta semana, en la que dos asuntos, la remunicipalización del servicio de agua y la continuidad del aula de la UNED, provocaron posiciones divergentes en las votaciones de Compromís, ADN Morvedre y EU.
Tanto este último como los nacionalistas se quedaron solos en cada caso, mientras la marca de Podemos en Sagunt coincidió con uno de ellos en cada votación. Su portavoz, Pablo Abelleira, apunta que «yo no las consideraría ni divergencias, porque cada asunto tiene su explicación» sobre la postura de cada miembro del tripartito. Desde EU, Guillermo Sampedro coincide en que «no hay ninguna ruptura, porque la línea de gobierno sigue clara. Sencillamente, en los temas que no tenemos previstos en el pacto y se plantean desde la oposición, tenemos libertad de voto».
El alcalde de Sagunt, Quico Fernández, reafirma que el tripartito «goza de una perfectísima salud, pero cada miembro tiene visiones diferentes sobre determinadas cuestiones, además de distintas formas de interpretar la responsabilidad institucional». El nacionalista coincide así con sus socios en que «frente a las propuestas de otros partidos, las posturas no son las mismas, pero eso no significa que haya problemas en la gestión de gobierno».
Esta lectura cambia desde la oposición, donde el portavoz del PP, Sergio Muniesa, considera que «lo ocurrido en el último pleno es un reflejo del desbarajuste reinante en el tripartito y nos preocupa en gran manera que este desconcierto nos aboca a una situación de desgobierno que afecta a lo que a nosotros más nos preocupa y por la que trabajamos, las personas».
Por contra, Abelleira tiene otra explicación para lo que ocurrió en el pleno: «Hay algunos partidos que llevan muchos años en el ayuntamiento y utilizan esa experiencia para atacar a otros grupos más nuevos en el intento de ponerles en evidencia». El portavoz de ADN insiste en que «hay cuestiones que no se plantean por el contenido, si no para marcar la posición en el pleno».
El edil de Urbanismo analiza en detalle cada uno de los asuntos que generó discrepancias en el tripartito y coincide con Sampedro en que «en el tema de la UNED, los tres estamos de acuerdo en el fondo, que es mantener el aula en Sagunto, pero ampliando la oferta educativa en consonancia con la ayuda municipal, es decir, un acto de justicia con respecto a otras poblaciones».
En cuanto al agua, «estaba claro que la moción no quería recuperar la gestión pública del servicio „asegura Abelleira„ si no comprobar que postura teníamos en el gobierno», debido a que EU y ADN tenían en sus programas, con distintos matices, la intención de remunicipalizar el servicio. Abelleira explica que «votar en contra era ir contra nuestros principios y no quisimos hacerlo, pero hay que tener en cuenta que el concejal del área lleva un mes en esa delegación, así que es pronto».
Sampedro, por su parte, precisa que «nuestro compromiso es estudiar la recuperación del servicio, pero no a toda costa, por eso pedimos un estudio que cuantifique la municipalización, porque si cuesta 20 millones de euros tendremos que esperar».
Revocaciones por deslealtad
Según el pacto al que sumó EU el 28 de julio, en el que no se hacen referencias expresas a Aigües de Sagunt ni a la UNED, el seguimiento del acuerdo corre a cargo de una comisión, que, según confiesa Abelleira, funcionó cuando gobernaban Compromís y ADN, pero se ha «aplazado» tras la incorporación del tercer socio. Otro de los puntos de este pacto se refiere a que los concejales se comprometen a ejercer su cargo con «lealtad y fidelidad». En caso de incumplir algunos de los pactos «será causa suficiente para instar a la revocación del concejal responsable».
