El Ayuntamiento de Sagunt ha dado nuevos pasos para cumplir la Ley de la Memoria Histórica aprobada hace ya 8 años y acabar con reclamaciones pendientes desde hace décadas. Tres años después de que el pleno aprobara una moción de Compromís reclamando la retirada de los honores a Franco y al ministro del régimen José Antonio Girón de Velasco, el alcalde nacionalista Quico Fernández ha sido el que finalmente ha firmado esa disposición acordada durante el mandato del PP local.
En concreto, el alcalde firmó la retirada inmediata al exjefe de gobierno de la medalla de oro de la ciudad que le había sido concedida en 1965 y el nombramiento de hijo adoptivo que se hizo en 1954 al ministro del régimen José Antonio Girón de Velasco.
Su resolución se produjo justo el mismo día en el que el pleno aprobó por unanimidad dignificar la lápida de los 28 fusilados tras la Guerra Civil que están enterrados en el cementerio de Sagunt, pero sin que nada haga alusión ni a sus nombres ni a lo que les ocurrió. En ese acuerdo también se aprobó retirar el símbolo franquista que hay en el monumento situado a la entrada del camposanto, como también había propuesto el grupo municipal del PSPV-PSOE.
El edil socialista Miguel Chover inició las intervenciones para defender esta medida, poco después de haber aceptado las sugerencias del portavoz del PP Sergio Muniesa de modificar levemente la propuesta de acuerdo y así favorecer el consenso. Como reconocía luego Chover a Levante-EMV, «no hubo ninguna variación sustancial. Sólo se evitó precisar algunas cuestiones, para permitir que la comisión municipal especial que se acordó crear para averiguar el nombre de esos 28 fusilados, contactar con sus familias y determinar la nueva lápida sea la que realmente tome todas las decisiones, siempre de acuerdo con los familiares».
Aunque el tema se trató pasadas las 23 horas, también intervinieron María Giménez (ADN Morvedre), Raúl Castillo (CiudadanosxSagunto), Sergio Muniesa (PP) y Guillermo Sampedro (EU) y Teresa Garcia (Compromís). No obstante, como aseguraba Chover, «fue un debate de guante blanco donde todos coincidieron en la necesidad de reconocer a esas personas fusiladas tras la Guerra Civil en Sagunt».
