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Los tiburones se echan al agua

El Waterpolo Morvedre empieza esta semana la temporada con mucha ilusión y caras nuevas

Los tiburones se echan al agua

La gran familia del Waterpolo Morvedre se puso de largo el pasado fin de semana con la presentación que da pie al inicio de la competición oficial. Muchas son las novedades que presentan esta temporada los taurons, aunque la ilusión se mantiene intacta en torno a un deporte que exige una gran preparación física y muchas horas de entrenamiento.

Entre los cambios que se han sucedido durante los últimos meses destacan las caras nuevas tanto en la directiva, que ahora dirige Álvaro Asensio, como en el cuerpo técnico, que encabeza Héctor Gil. En este último también destaca la flamante incorporación del exjugador internacional Alberto Hernández, que después de retirarse ha tomado las riendas de varios equipos del Waterpolo Morvedre, desde el absoluto masculino hasta los infantiles, pasando por los juveniles y los cadetes.

En una campaña «de transición —apunta Héctor Gil—hasta que nos acoplemos a la nueva metodología de entrenamiento», los taurons han vuelto a aumentar su número de licencias hasta cerca de las 90, a las que se añade la decena de jugadores que completa su escuela. Por encima de ese vivero de waterpolistas se encuentra el equipo benjamín, dirigido por el propio Gil, que se estrena esta temporada en la competición, después de que la federación haya incorporado esta categoría a sus ligas.

Tanto en este nivel como en los alevines, uno de los aspectos más destacados desde el club es la gran cantidad de chicas que se ha ido incorporando a lo largo de los últimos años. En el caso de los alevines, también entrenados por el director deportivo, Gil explica que «forman un grupo muy numeroso hasta el punto que hemos conformado dos equipos».

Más allá de la cantidad, en el CW Morvedre están «muy contentos» del desarrollo de los jugadores en esta categoría, muchos de los cuales se iniciaron en la escuela hace dos o tres temporadas y siguen muy enganchados al waterpolo.

Un escalón más arriba ya empiezan las exigencias competitivas con los infantiles, que cuentan con ocho jugadores «de gran nivel». Estas mismas obligaciones alcanzan a los cadetes, que entre sus objetivos se encuentran pelear por la liga autonómica y clasificarse para el Campeonato de España.

Vacío generacional

A partir de esta categoría hacia arriba se produce un vacío generacional, que impide formar un conjunto juvenil propiamente dicho, que esta temporada se estrena aunque plagado de jugadores cadetes. En este caso, la intención es dar rodaje al grupo.

Para completar la estructura del Morvedre, el absoluto femenino, a las órdenes de Rubén Martínez, mantiene su juventud en primera división, mientras los chicos tratarán un año más de mantener la categoría en división de honor. Además, el club mantiene el equipo máster, un grupo de veteranos que no se ha desenganchado del waterpolo.

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