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Educación reclama a un colegio del Port que evite agravios a niños por impagos de material

La inspección alerta de que la cuota de 30 ? aprobada en el centro no es obligatoria tras unas quejas de varios padres al Síndic

Educación reclama a un colegio del Port que evite agravios a niños por impagos de material

El cobro de una cuota anual de 30 ? por niño en un colegio público del Port de Sagunt para la compra de material ha acabado en una queja al Síndic de Greuges, que ha provocado que la Inspección Educativa haya dado instrucciones al equipo directivo del centro «para que se informe de la no obligatoriedad» de ese pago «acordado por el claustro y el consejo escolar» y «de que el hecho de no aceptar ese acuerdo en ningún caso puede crear agravios comparativos».

Así lo expresaba el Síndic de Greuges, José Cholbi, en la carta remitida a uno de los padres que le escribieron para denunciarle la «discriminación» que, según ellos, padecen sus hijos al negarse a pagar esos 30 ?; un último extremo que el director del centro negaba ayer en rotundo a Levante-EMV.

Los padres disconformes a esta medida aseguran que a algunos alumnos que no pagan esta cuota «en algunos casos se les deja fuera de la actividad y en otros, se les aporta material distinto al del resto de la clase, con las consecuencias que esto supone para ellos».

Ante los hechos que, según aseguran, ya pusieron de manifiesto a la dirección del centro «sin éxito, ya que la historia se repite de nuevo este año», la Inspección de Educación les ha contestado comunicándoles que se ha informado al centro de «la no obligatoriedad» de los acuerdos tomados por el claustro y el consejo escolar respecto al pago de estos 30 euros y de «la no discriminación en ningún caso por la no aceptación de los padres de estos acuerdos».

Tras esto, el Síndic de Greuges entendió en junio que se había abierto «una vía de solución» porque, «para evitar agravios comparativos», la inspección había dado instrucciones al equipo directivo del centro en los términos ya expresados.

Aún con esas notificaciones, los padres afectados afirman que la situación no ha cambiado, sino todo lo contrario, ya que aseguran que sus protestas están perjudicando a sus hijos, a los que «el centro deslegitima».

El director del colegio, sin embargo, negó tales acusaciones. «No se ha dejado a nadie fuera de ninguna actividad» , decía además de asegurar a este diario que la cuota no es obligatoria. «Si no quieren pagarla, que traigan el material necesario para realizar esas actividades, lo que no puede ser es que sus hijos utilicen el que han pagado el resto de padres», señalaba.

El responsable del centro añadía que, cuando se trata de una familia con problemas económicos, esta cuota es sufragada por el colegio, pero en el caso de no ser así deben a aportarla los padres o comprar ellos el material para sus hijos. Además, insiste en que «no se está haciendo nada fuera de la ley» y niega tajantemente la discriminación de alumnos por este hecho.

Cinco familias en desacuerdo

A esto añade que la decisión de pagar esta cuota para «actividades complementarias que enriquecen el currículum de los alumnos está respaldada por la comunidad educativa y el 90% de la familias del centro. Solo son cinco las que están en desacuerdo», aclaraba.

Estas últimas familias consideran que este cobro es «abusivo» teniendo en cuenta que a principio de curso ya pagan los libros además de comprar el material que se les exige; sin embargo, reconocen que la mayoría lo realiza, con una aportación que se deposita en una cuenta que solo pueden gestionar las familias que se ofrecen de forma voluntaria para ello.

El conflicto se desató cuando, según los padres descontentos, el año pasado una alumna fue dejada fuera de una actividad conocida como el planetario, por no pagar la cuota de material; estos hechos fueron denunciados por un colectivo de padres al director, quien se comprometió a solucionarlos «sin éxito», dicen.

Para los padres el problema reside en «una mala gestión del centro, que pide esfuerzos económicos a las familias mientras el colegio no los hace», poniendo como ejemplo la ausencia de concurrencias del centro para obtener subvenciones de la Generalitat que otros colegios del municipio sí logran.

Desde la asociación de madres y padres del centro (AMPA), en cambio, expresaron su preocupación porque las quejas de «esas cuatro familias» lleven a desanimar al profesorado a hacer actividades extraescolares como Fallas o Halloween.

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