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La Sang apela a un reglamento del siglo XIX para mantener las hachas

El presidente de la cofradía defiende las medidas adoptadas para evitar más accidentes por la cera

La Sang apela a un reglamento del siglo XIX para mantener las hachas

Modernidad y tradición. Esa es una de las dicotomías a las que tienen que enfrentarse las fiestas religiosas, especialmente aquellas con siglos de historia como la Semana Santa de Sagunt. Los restos de cera que dejan a su paso las hachas encendidas que los cofrades portan en varias procesiones son el último capítulo de este eterno debate, que ha saltado a la actualidad por la sentencia que condena al ayuntamiento a indemnizar con más de 5.700 euros a un vecino que el año pasado se dislocó el hombro en un accidente de motocicleta por patinar sobre esa cera.

Jesús Larruga, presidente de la Confraria de la Puríssima Sang del Nostre Senyor Jesucrist, que organiza esta fiesta de interés turístico nacional, empieza por mostrar su respeto al procedimiento judicial «no faltaba más» y por «pedir disculpas» a quienes «cause molestias» cualquier aspecto de la celebración, que «intentaremos solucionar», aunque, en el caso concreto de la cera, considera que ya se adoptan medidas «con mejoras sustanciales» en sus resultados.

Se refiere Larruga a que, en la Semana Santa de este año, «se instaló la alfombra antes de la procesión del Encuentro „que tiene lugar el lunes y en la que ha aumentado la participación a lo largo de las últimas ediciones„ que fue la que provocó el último accidente de moto del que tenemos constancia», circunstancia esta última que no coincide con el testimonio de algún vecino que asegura que en 2015 se produjo «por lo menos» un par de siniestros. A este respecto, el presidente apunta que la cofradía cuenta con un seguro a través del cual se han resuelto algunos casos de reclamaciones de daños.

Sobre las propuestas lanzadas desde diversos sectores para imitar de alguna forma la luz de las velas con el objetivo de eliminar los restos de cera, Larruga señala que «las hachas forman parte del patrimonio cultural de la fiesta como elemento de la indumentaria y estamos hablando de una fiesta que genera el suficiente interés como para no adoptar medidas sustanciales que la cambien».

El presidente de la cofradía apela concretamente al primer reglamento de esta celebración que está documentado, que se remonta al último tercio del siglo XIX y ya recoge la utilización de las hachas encendidas como un elemento de las procesiones.

Otro de los aspectos en los que se ha insistido desde la Sang a lo largo de los últimos tiempos son las «recomendaciones» a los cofrades que desfilan para que «utilicen las alfombras para la cera», añade Larruga, quien también asegura que durante las procesiones «se pide a los arregladores que estén encima» para evitar las acumulaciones de estos restos en determinados puntos del recorrido.

Modernización

Este asunto, que surge cada vez que se tiene constancia de algún accidente, ha generado un intenso debate en algunos foros, como las redes sociales, donde muchas opiniones coinciden en reclamar la modernización de las hachas, con cambios en la luz con gas o electricidad, antes de que haya que lamentar un siniestro más grave que los registrados en los últimos tiempos. Otras voces piden que sean las mayoralías las que se hagan cargo de las indemnizaciones y que no sean las arcas públicas, en este caso municipales, las que sufraguen las moquetas, la limpieza, la señalización y los accidentes.

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