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Coto al histórico robo de agua en el Palància

La CHJ accede a la petición de la Sèquia Major y pondrá un caudalímetro para ver si Soneja y Sot se ajustan a la concesión

La Confederación Hidrográfica del Júcar ha accedido a una vieja petición de la Sèquia Major de Sagunt e instalará un caudalímetro en el río Palància con el objetivo de conocer la cantidad de agua que las localidades de Soneja y Sot de Ferrer (Alto Palància) consumen de la cuenca del río para así certificar que se ajustan a la concesión estipulada en su día por el organismo de cuenca.

Este aparato permitirá conocer tanto a la Sèquia Major de Sagunt como a la Comunidad de Regantes de Segorbe, que gestionan y pagan el agua del pantano del Regajo, el gasto volumétrico realizado por estos municipios que no pertenecen a ninguna de estas dos entidades; dos organizaciones que siempre han tenido bajo sospecha el aprovechamiento que realizan de este recurso ambos pueblos.

Según explicaba a Levante-EMV el presidente de la Sèquia Major de Sagunt, Ximo Pons, tanto Soneja como Sot de Ferrer basan su derecho para la utilización del agua del río en un decreto que se remonta a la época de Jaume I por el que se les permite el uso del caudal, solo del río; sin embargo, no pueden hacerlo del agua del pantano, un extremo difícil de controlar, a juicio del presidente, ya que cuando la presa del Regajo se abre, este agua discurre por el cauce sin distinción si es de río o del pantano.

En la actualidad, las dos localidades castellonenses gozan de una concesión de agua de 100 litros por segundo, pero los regantes de la Sèquia Major siempre han visto con preocupación que grandes cantidades soltadas en el Regajo «desaparecen» a menudo desde hace años por el camino y nunca les llegan. Por ello, en privado hablan directamente de «robos históricos» aunque en público su presidente siempre haya sido más cauteloso y haya evitado catalogarlo de ese modo. Aún así destacaba que «con el caudalímetro, al fin comprobaremos si Soneja y Sot de Ferrer cumplen o no con la concesión», afirmaba Pons.

La sospecha de que ambos municipios consumen más de lo estipulado por la Confederación siempre ha estado presente en las dos entidades gestoras del agua, «un caudal del que se beneficiarían sin pagar por ello, por eso, si es así, estudiaríamos posibles medidas legales», decía de forma tajante el presidente de la Sèquia Major, mientras desde Soneja ya achacaron hace tiempo las pérdidas de agua en este tramo a las continuas fugas y filtraciones que, desde siempre, ha habido en esos kilómetros de cauce.

Mejora en el Regajo

Además del caudalímetro, que se pondrá en breve, el organismo de cuenca también está llevando a cabo distintas obras en el pantano del Regajo como la instalación de válvulas de desagüe que sustituyen a las anteriores, datadas en los años 50, cuyo deterioro era «considerable», según Pons. «No cerraban bien; ahora las nuevas nos permitirán controlar con más exactitud la salida del agua y cerrar cuando creamos conveniente, siempre respetando el caudal ecológico exigido. Con las viejas válvulas había pérdidas de agua al fallar el cierre», añadía.

La inversión de la Confederación Hidrográfica del Júcar para este cometido asciende a 300.000 euros, un presupuesto que también contempla la mejora de la cimentación mediante las inyecciones de hormigón, tal y como adelantaba a Levante-EMV el presidente de la Sèquia Major.

Precisamente, tanto la Comunidad de Regantes de Segorbe como representantes de la Sèquia Major visitaban esta semana el pantano del Regajo junto al ingeniero jefe de las obras para supervisar la actuación de la CHJ. En esa visita se confirmó que las obras tardarán varios meses en finalizar, seguramente, en el mes de febrero.

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