Ocho equipos y más de 100 jugadoras. Ese es el capital humano con el que cuenta el BM Morvedre en su ambición de regresar a la élite del balonmano femenino español. Desde el peldaño inferior, la división de honor plata, la entidad presidida por Miguel Ángel Alegría, que cumple su tercera campaña en el cargo, mantiene el foco de su trabajo en la cantera, con la que espera no solo recorrer el trecho hasta la categoría superior, si no consolidarse entre los más grandes de este deporte.
Con esa vocación, que durante el pasado verano pareció encontrar un atajo con la irrupción de un gran patrocinador que finalmente se frustró, el primer equipo del Morvedre mantiene una media de edad muy joven, con la gran capitana, Tere Tur, a la batuta y el propio Alegría en la dirección técnico, después de asumir el banquillo tras la destitución de Ximo Fillol.
En el tiempo transcurrido desde este cambio de entrenador, «he querido inculcar a las chicas que se puede alcanzar la fase de ascenso —a la que acceden los dos primeros clasificados del grupo— así que ese debe ser nuestro objetivo», que pasa «como principal premisa por no dejar escapar ni un punto del René Marigil». Por el momento, las saguntinas siguen perfectas en casa, donde el sábado volverán para recibir al Granollers a partir de las 20.30 horas, y su primera victoria a domicilio les permitió auparse hasta la cuarta posición.
Pero el BM Morvedre es mucho más que el primer equipo, desde el sénior B, que nace este año como fruto de la colaboración con el BM Puçol, hasta los tres infantiles, el A, que tiene grandes expectativas competitivas, y el B o el C, procedentes de los colegios con un balonmano «muy alegre», reconoce Alegría. El juvenil, que recoge la promoción que fue campeona de España cadete, con algunas incorporaciones, del que «esperamos mucho», así como los cadetes, con el de rendimiento «muy fuerte» y el B plagado de jugadores de primer año, completan el organigrama del club comarcal, que también se fija ambiciosos objetivos con su afición.
Balonmano digno de ver
«Queremos que la gente rompa la barrera geográfica que puede suponer subir al Marigil. Invitamos a los muchos aficionados de este deporte a que vengan a disfrutar de un balonmano rápido y digno de ver», según apunta Miguel Ángel Alegría.
