Educación, campañas de cambio social articuladas desde los medios de comunicación y responsabilidad en la gestión de los recursos consecuentemente con la ley son aspectos que reclamaron varias expertas en Quartell como clave para detener la violencia de género. La concejalía de participación ciudadana e igualdad ha planificado una serie de acciones sobre este asunto, entre las que destacó una mesa redonda y el posterior debate.
Olga Calvo, dirigente del movimiento estudiantil; Ángela Escribano, experta de la Universitaria en violencia de género; Sandra Atienza, agente de igualdad y Elena Garcia, trabajadora social de la Mancomunitat les Valls plantearon un análisis y reclamaron acciones de cambio. Aspectos como la hipersexualización de la mujer, la construcción social del rol mujer a través de la ficción televisiva o la fundamentación de la posesión que sustenta la publicidad fueron aspectos analizados por las expertas tras el visionado del documental de Isabel Coixet. En la mesa, moderada por el edil Vicent Arlandis, defendieron la necesidad de empoderamiento de la mujer; la necesaria actuación desde el gobierno en cuanto a la dotación de recursos que requiere la ley integral contra la violencia de género aprobada unánimemente por todo el arco parlamentario. «La ley integral contra la violencia es propositiva, no culmina el camino. Las mujeres debemos empoderarnos y ser conscientes de que contra la violencia de género no dedicamos un día sino todos», apuntaba Ángela Escribano. En su análisis las ponentes apuntaron la necesidad de programar una acción multilateral, «la solución pasa por la educación, no obstante no podemos olvidar el control y la responsabilidad de los medios de comunicación y sobre todo los políticos no pueden limitarse a aprobar la ley, pues la norma precisa de recursos para poder atender y ayudar a las víctimas», apuntaban desde la mesa de análisis.
Lo que no trasciende
La trabajadora social resaltó lo que no trasciende, «las mujeres asesinadas son la punta del iceberg, violencia de género hay mucha; los controles de los móviles, la exigencia de no salir o impedir a la mujer que trabaje; el control del dinero de la casa son actos de violencia», añadía Elena García.
Calvo animó a las jóvenes a denunciar campañas promocionales en las que algunas discotecas ofrecen entrada gratis a las mujeres; «no pueden convertirnos en un producto de consumo, el patriarcado nos define sexualmente y no podemos permitirlo».
