El compromiso de Facundo Roca Ribelles con Sagunt recorre la línea del tiempo y ayer fue recordado en la Casa Pallarés por el presidente del Centro Arqueológico Saguntino, Amadeo Ribelles. Meses después de su fallecimiento, la entidad le rindió un homenaje al presentar el último número de su revista Arse, en un acto que incluyó una charla del catedrático Pere Pau Ripollés.
Como aseguró Ribelles, la de Facundo fue toda una dedicación vital por la recuperación del patrimonio de la capital del Camp de Morvedre. Su vida giró en torno al Centro Arqueológico de Sagunt, desde donde impulsaría también la revista de Estudios Arqueológicos e Históricos Arse. Por toda su labor, la ciudad de Sagunt rindió tributo a Facundo Roca en 1996 ya que otorgó su nombre a la plaza de acceso al Teatro Romano, uno de los espacios más apreciados y admirados por él. Pero ayer fueron sus amigos del Centro y sus familiares quienes le recordaron.
Ribelle rememoró cómo el descubrimiento de un yacimiento de la Edad de Bronce en el Pic dels Corbs (1955) le otorgó la dirección de unas excavaciones más importantes que arrojan claves fundamentales de la Prehistoria Valenciana.
También destacó que, a sus 95 años de vida, era uno de los impulsores de la conservación y el patrimonio histórico de Sagunt. Una labor que ha quedado en los archivos documentales de la ciudad así como en las múltiples tareas de restauración que realizó.
Junto a ello resaltó que la riqueza de algunos yacimientos arqueológicos del Camp de Morvedre ha llegado a conocerse por la labor de este arqueólogo autodidacta que conocía materiales, estratos, técnicas y características particulares de los objetos de la zona. Del Pic dels Corbs a la Frontera, con todos sus tesoros y claves para interpretar la historia de la comarca, han sido inspeccionados por la mirada paciente y minuciosa de Roca. Ribelles también recordó que la restauración de los mosaicos romanos encontrados en las excavaciones del Mercado Municipal de Sagunt y de la Sociedad Musical Lira Saguntina se desarrolló bajo la batuta de Facundo Roca. Y que, junto a un grupo de colegas, impulsó la asociación informal Penya Arqueològica; que se convertiría en la base del posterior Centro Arqueológico del que fue nombrado miembro honorífico.
