La Conselleria de Cultura ha declarado en estado de ruina el Castillo de Petrés. Los técnicos de la dirección general de Patrimonio que visitaron recientemente el monumento, así se lo han hecho saber al ayuntamiento, al que han dado el visto bueno para que valle todo el recinto cuanto antes.
La caída continua de cascotes, dado el mal estado en el que se encuentran algunos de sus muros, ha alertado a la conselleria del peligro que supone tener abierto el castillo sin ninguna protección, ya que el acceso es muy fácil al estar a «pie llano», afirmaba el alcalde, Pere Peiró (Compromís).
Ante esta situación, Cultura ha autorizado el vallado del monumento, tal y como había solicitado el propio consistorio, ante el temor de mayores derrumbes y el riesgo que puedan generar entre las personas que se acerquen.
Según Peiró, «la muralla exterior está muy dañada y existe el riesgo de que termine cayéndose. Si el contrafuerte continúa tan afectado, el muro acabará en el suelo», explicaba. Durante la visita, los técnicos coincidieron en la necesidad de una actuación en el Castillo, algo que el consistorio de Petrés lleva reclamando desde hace años y que ha frenado la falta de presupuesto.
Dede el ayuntamiento se aprovechó la visita de la Conselleria de Cultura para solicitar fondos que permitieran llevar a cabo esta actuación, que debería incluir la limpieza y consolidación de los muros como primera medida urgente, decía el máximo mandatario del municipio de La Baronia.
De momento, el consistorio ha dado un primer paso con el encargo de la redacción del proyecto de rehabilitación del Castillo, una fase de la que espera que la Diputación de Valencia pueda hacerse cargo. «Por ahora, queremos que se redacte el proyecto y luego habrá que buscar fondos para ejecutarlo», una actuación que, según Peiró, debería recaer en el ministerio o en la conselleria dada la protección de Bien de Interés Cultural que tiene el monumento.
Monumento del siglo XIV
Y es que el Castillo de Petrés está considerado como una fortaleza de carácter residencial, ya que fue más concebido para estancias que para defensa, explican los historiadores Enric Guinot y Sergi Selma. Su fecha de construcción es incierta, aunque los estudios realizados lo sitúan en el siglo XIV, propiedad de Els Aguiló.
El expolio que sufrió a mediados del siglo XX ha provocado que tenga problemas de conservación. De hecho, la parte superior del inmueble está completamente desaparecida a lo que se une la erosión que sufren parte de sus muros, con desprendimientos, lo que ha llevado a que sea declarado en ruina.
